Ocurrió el 30 de agosto pasado. Iván Barea, de 14 años, estaba sentado tranquilamente en casa cuando de repente sintió un tirón en la pierna. Ante el dolor se tumbó en la cama y a los diez minutos sintió que no se podía mover. Asustado reclamó la ayuda de su abuelo, que estaba con él en casa. Éste lo incorporó pero cayó redondo al suelo. Iván ante el desconcierto y el miedo empezó a llorar. Lo trasladaron de forma inmediata a urgencias. Aún permanece ingresado en el Clínico.

Desde ese fatídico día Iván no ha vuelto a caminar. Ha sufrido un infarto en la médula, lo que le ha dejado paralizado de cintura hacia abajo, relata su madre Paqui Cuenca, de 33 años. "Me han dicho que hay una posibilidad, que sería que Iván realizase rehabilitación en Toledo, en el Hospital Nacional de Parapléjicos, que es el único de estas características en España. Existe un 50% de posibilidades de que vuelva a caminar", relata Paqui visiblemente emocionada. "Al parecer se trata de un problema de coagulación en la sangre, algo para lo que ya tiene un tratamiento que, en definitiva, le hace la sangre más líquida para que no tenga trombos", dice.

El problema de esta familia estriba en que aunque el centro es privado, el Sistema Andaluz de Salud, sí le financia a este joven todos los gastos, pero no a su madre. "Tendré que estar allí entre seis y ocho meses y no me puedo quedar a dormir en el hospital, por lo que buscaré una pensión o un piso, más la comida, el pago del alquiler de nuestra casa de Málaga... En principio no tenemos capacidad para afrontar estos gastos", comenta.

Y es que Paqui que trabajaba en una casa cuidando a niños y realizando tareas domésticas ha tenido que abandonar el empleo para cuidar a su hijo. Su marido, José, de 36 años, ha estado en paro pero desde mayo trabaja en una obra. Eso sí, en Sevilla, por lo que este hombre todos los días conduce dos horas hacia el destino de su empleo y otras dos de vuelta. El matrimonio tiene una segunda hija, Ilenia, de diez años, que está al cuidado de familiares. A pesar de este panorama Paqui lo tiene claro. "Es la única posibilidad para mi hijo y desde luego nos vamos para Toledo. Ya tenemos fecha, el próximo miércoles día 7 de octubre. Yo me voy sea como sea, aunque tenga que pedir o trabajar allí", relata.

Cuenta bancaria.

Pero Paqui no está sola, los vecinos de su barriada Santa Rosalía se están volcando con su familia y ya han realizado una fiesta para recaudar fondos y están preparando otra. Por ese motivo, Paqui abrió una cuenta infantil que ahora pone a disposición de todo aquel que quiera ayudarla y contribuir a que Iván tenga una oportunidad [2103 0163 18 0040003863]. "Ha sido una cosa muy brusca. Era un niño normal, y esto nos ha cambiado la vida por completo", exclama.

"Lo llevamos muy mal la verdad, aunque nunca lo demostramos delante de él. Yo nada más salgo de la habitación voy llorando por todos los lados como una magdalena y el padre igual. Me hundo al verlo así", lamenta.

Iván también está recibiendo el apoyo de sus compañeros de segundo de ESO del instituto María Victoria Atencia que van a visitarlo frecuentemente. "Cuando vienen se anima mucho", dice. "Él tiene muchas ganas de irse a Toledo y de empezar. El pobre hay noches que me dice: Mamá, he soñado que ando y que juego al fútbol", comenta.