La inversión anunciada por Ryanair confirma al Aeropuerto de Málaga como uno de los más relevantes del país en lo que respecta al tránsito de aerolíneas de bajo coste. Según los últimos datos facilitados por Aena, el 40 por ciento de los pasajeros que han utilizado la terminal durante este año, lo han hecho para desplazarse en una de estos compañías, incluida la citada, que actualmente opera veinte rutas desde la Costa del Sol.

El balance parece darle la razón a los promotores de la firma irlandesa. Las abultadas cifras obtenidas por las ´low cost´ no ocultan, sin embargo, un descenso en relación a 2008, a excepción del caso de Ryanair, que, a fecha de noviembre, había duplicado su número de usuarios. Entre las compañías convencionales, la más contratada es Air Berlin, con un balance de pasajeros, en los últimos once meses, de 682.678 personas. Una cantidad que, si bien está entre las más animadas de Málaga, continúa lejos del volumen manejado en el mismo periodo por aerolíneas como Easyjet, que computó 1.798.155 viajeros.

Los números de Ryanair en este ejercicio tampoco son desdeñables. La ´low cost´ irlandesa contabiliza hasta noviembre un total de 1.088.584 pasajeros, cifra que aumentará hasta los dos millones con la incorporación de las nuevas rutas y la puesta en marcha del Aeropuerto de Málaga como uno de sus puertos base.

La tendencia registrada en la Costa del Sol no contradice a la del resto de terminales del país. El fenómeno de las aerolíneas de bajo coste, experimentada aquí con especial intensidad, se impone en aeródromos de todo el continente con una política de precios asequibles y un alto grado de actividad. En los últimos años, su expansión ha coincidido con el retroceso de numerosas compañías tradicionales.

Michael O´Leary, presidente de Ryanair, se muestra escéptico respecto al desarrollo de estas últimas, opinión que, naturalmente, entronca con los intereses que defiende. En su comparecencia en Málaga, dudó, incluso, de la efectividad de la fusión entre Iberia y British Airways, que redundará en la creación del tercer grupo aéreo más poderoso de Europa. "Sólo traerá huelgas y tarifas altas, además de recargos por el combustible", dijo.