Increíble pero cierto. Una inocente sesión de espiritismo realizada por dos chicas jóvenes en un domicilio de Ronda terminó en una auténtico calvario para ellas. Recibieron un duro castigo por su ´osadía´: fueron agredidas y atadas de pies y manos en una silla. Los tres acusados se conformaron con las penas solicitadas por el fiscal: uno de ellos, de 25 años, pasará dos años en la cárcel por un delito de detención ilegal y ha sido además sentenciado por una falta de lesiones y dos de injurias a pagar 300 euros. Sus dos compinches también tendrán que pagar multas: una mujer de 22 años abonará 240 euros por las lesiones y 80 por las injurias, mientras que el otro, de 33 años, deberá hacer frente a 160 euros por las mismas faltas.

Según consta en la sentencia, a la que tuvo acceso este periódico, dos chicas usaron una tabla de güija, utilizada habitualmente para comunicarse con los espíritus, en un domicilio de Ronda el 11 de octubre de 2005.

El juego llegó a oídos de los tres acusados, dos chicos y una chica, cuyas iniciales son D. M. N., C. S. G. y J. P. M. Así, a las ocho de la mañana de 13 de octubre, cuando una de las dos jóvenes que participó en la sesión llegaba desde su pueblo, D. M. N. y C. S. G. "le recriminaron lo que había hecho", y uno de ellos le propinó un bofetón en la cara.

Poco después, la víctima acudió a buscar a su amiga al instituto en el que ésta cursaba estudios. Acto seguido, volvieron a la casa, donde se encontraron de nuevo a J. P. M. y a C. S. G. Uno las insultó, y la otra les dijo que eran "unas guarras", se recoge en el apartado de hechos probados.

Los tres encausados y una amiga de éstos abandonaron la casa, mientras que las dos agredidas continuaron en la misma. Pero los condenados volvieron de nuevo al piso a las 11.30 horas de la mañana. "D. M. N., para darles una lección, las amarró a una silla de pies y manos", dice la Audiencia, abandonando seguidamente el domicilio. Allí las dejaron, completamente maniatadas, durante un periodo de tiempo que no especifica la sentencia. Acudieron al instituto en el que las chicas estudiaban y les dijeron a varias de sus compañeras que "los acompañaran, que se iban a reír".

Ya en la casa, D. M. N. soltó a una de las jóvenes, mientras que le dio dos bofetadas a la otra al tiempo que le decía: "Eres una gorda asquerosa y una puta". A la que ya había liberado, le indicó: "Puta, eres una zorra, te vas con el primero que pillas, le doy dos mil euros a un amigo y apareces muerta". Además, un acusado amenazó a la amiga con "matar lo que más quisiera".

Una vez que liberó a las dos de su cautiverio, les dijo que habían cumplido "su castigo".

Pero ahí no terminó la tortura de las dos jóvenes –ambas mayores de edad–. Ya por la tarde, se encontraron en el portal con su captor y otra acusada. Entonces, se inició una discusión y las dos agredidas fueron golpeadas de nuevo.

Una de ellas sufrió un hematoma cerca del ojo, del que se curó a los tres días. Su compañera presentaba una contusión en el muslo izquierdo, así como síntomas de ansiedad debido a la situación vivida, para cuya estabilización necesitó de 15 días. Ésta recibirá 420 euros de indemnización por las lesiones, mientras que su compañera percibirá 84. Cabe recurso de casación ante el Supremo por este fallo.