Hace cuatro años, Málaga se convirtió en la capital de la abstención. La participación en los últimos comicios municipales fue ridícula: sólo fue a votar el 51,2% del electorado, mientras que el 42,06% de la provincia no se acercó a las urnas para ejercer su derecho, que más tendría que ser una obligación para garantizar la pervivencia del sistema. El 22-M ha dado un vuelco a estas cifras y a los que pedían la abstención para exigir la democracia real. En la provincia, la participación ha alcanzado el 61,4% del electorado, mientras que la abstención iguala los niveles de las municipales de 1987, cuando se quedó en 37,98%.

De hecho, es el quinto dato más bajo desde los primeros comicios locales de 1979. En ese año se registró precisamente la abstención más alta (50,40%), mientras que la más baja fue en 1995 (31,08).

Se mantiene, por tanto, la tendencia que se observa desde 1991. La abstención registrada en las elecciones municipales ha ido subiendo y bajando entre el 31,08% y el 42,06%, dibujando una línea con dientes de sierra. De hecho, en 2007 se batieron todos los récords de abstención registrados hasta el momento, una situación que hizo reflexionar sobre la capacidad de los políticos de movilizar al electorado.

Este año ha aumentado la participación y las diferencias entre el PP y el PSOE en la provincia se han disparado. Los populares se han hecho con 308.839 de los votos emitidos en todas las mesas electorales repartidas en la provincia, es decir, el 45,67% del total; mientras que los socialistas han sumado 184.662 (27,31%). Sin embargo, y a pesar del notable distanciamiento entre ambas fuerzas políticas, el PSOE sigue ostentando la mayoría de alcaldes y podrá gobernar con mayoría absoluta 31 ayuntamientos (además de conseguir mayoría relativa en otros 19, aunque serán necesarios pactos para determinar la gobernabilidad). También ha logrado más concejales que su oponente (454 por 434). El PP, por su parte, ha ganado en 26 municipios por mayoría absoluta y ha sido el partido más votado en otros seis.

La diferencia hay que encontrarla en que el PP ha logrado vencer en los municipios más poblados (incluso en bastiones tradicionales del socialismo, como Estepona, Coín, Mijas y Antequera) y el PSOE en los pequeños.