Crece el turismo, crece el consumo. La recuperación del sector impone de nuevo su lógica a la demanda de agua, que se multiplica, esta vez con un ritmo superior, incluso, al habitual en estas fechas, tradicionalmente propicias a los saltos demográficos y los grandes números. Según las cifras de la Agencia Andaluza del Agua, Málaga cerró el pasado julio con un gasto hídrico por encima del mes anterior, pero también de la misma referencia de 2010, que resultó, ya, de por sí, abultada en relación al resto del ejercicio.

La entrada de viajeros, que se presume intensa este verano, ha dejado un balance mensual de 26,72 hectómetros cúbicos. El valor resulta alto, especialmente si se mira en el espejo de los promedios de la provincia, que no suele rebasar los 120 hectómetros al año, lo que arroja una media de apenas diez cada treinta días. Junio, por ejemplo, concluyó con un consumo global de once, muy alejado de la pauta actual, que se prolongará en la misma línea expresiva al mes de agosto, al menos, si se tiene en cuenta las previsiones turísticas.

El crecimiento demográfico al que se someten en estos días buena parte de los municipios, sobre todo, los ubicados en la Costa del Sol, explica con precisión la evolución de la demanda. La otra justificación apuntaría a la repentina desidia de la población, lo que parece poco razonable, especialmente como hecho estadístico, ya que el salto detectado en las últimas semanas resulta demasiado brusco. El gasto hídrico del pasado julio introduce, no obstante, una nueva variable que mira directamente a las previsiones turísticas. El pasado año, a estas alturas, ya se había producido el incremento consabido del consumo, pero de una manera más reposada.

La diferencia, sin ir más lejos, es de tres hectómetros y amenaza a agrandarse en agosto, el mes por excelencia para los empresarios turísticos. Este verano se anotan más viajeros, pero también más recursos procedentes de los embalses, que, aun así, no están dispuestos a dejarse ver en paños tan raquíticos como los de los tiempos de sequía. Por lo pronto, hay reservas, lo que en una economía tan asimilada a los movimientos del turismo, se semantiza en una garantía para afrontar sin riesgos la afluencia masiva de los turistas. La situación de los pantanos induce descaradamente al optimismo, si no fuera por la marca cíclica que guía a la lluvia en esta provincia.

Los embalses almacenan en la actualidad un total de 570,71 hectómetros cúbicos, alrededor de 18 más que en el mismo periodo del pasado año, que tampoco pasará a la historia, precisamente, por su carestía en materia de precipitaciones. O dicho de otra forma, los pantanos están al 93,1 por ciento de su capacidad, una proporción rotunda, segura, pero mucho más llamativa si se atiende al punto que señalaba la aguja hace apenas un lustro, empeñada en coquetear con números situados por debajo del tercio de llenado.

La previsión de consumo no se detiene. El pasado año la temporada alta se notó en julio, pero mucho más en agosto, que alcanzó en apenas diez días la decena de hectómetros cúbicos que se suponen la duodécima parte del total de la demanda anual en la provincia. Una inercia como para no perderla de vista.

EVOLUCIÓN

El gasto hídrico en los meses de julio de los últimos años

El inicio de la temporada turística supone tradicionalmente un incremento acusado de la población y, por lo tanto, del consumo de recursos. En los últimos años, los aumentos se han notado especialmente en 2009 y 2011, que llegan hasta los 26 hectómetros cúbicos.

RESERVAS

Embalses con más de 570 hectómetros, al 93,1 por ciento

Los pantanos de Málaga acumulan actualmente 570,71 hectómetros cúbicos, cifra que los sitúa al 93, 1 por ciento de su capacidad. A finales de julio del pasado año, la proporción de llenado se fijaba en el 90, 18 por ciento. Málaga inició la temporada alta con unas reservas de 552,83 hectómetros.

ESTADÍSTICA

Del promedio ordinario de la provincia a los picos estivales

El consumo habitual de Málaga es de 120 hectómetros cúbicos al año. La capital mantiene unos números situados aproximadamente a la mitad. El gasto mensual alcanza, de media, los diez hectómetros. Junio se cerró esta vez en once, lo que indica un salto de más de quince hectómetros en el comienzo de la temporada más fuerte del sector turístico, según la Agencia Andaluza del Agua.