El Parlamento Europeo ratificó ayer con aplastante mayoría el acuerdo agrícola entre la UE y Marruecos sin que el voto negativo en bloque de los eurodiputados españoles pudiera cambiar la situación. El acuerdo, rechazado por todo el campo español, recibió 369 votos a favor, 225 en contra y 31 abstenciones, y supone la liberalización de la mayor parte de la huerta marroquí y un aumento en los cupos de productos muy sensibles para los agricultores de Andalucía, Murcia, Valencia y Canarias, como el tomate, calabacín, pepino, ajo, fresa o clementina.

Los partidarios del acuerdo destacan sin embargo que la liberalización también beneficiará a los productores de carne, leche, cereales y conservas europeos en sus exportaciones al vecino africano. En el acuerdo no se concretan compensaciones para la huerta española, una de las más afectadas, como pedía España. Sí se reconoce que existe «fraude en el sistema de precios de entrada», esto es, que entran a Europa hortalizas y frutas que luego se venden por debajo del precio declarado en aduana.

Los eurodiputados del PP español recordaron que ya hubo graves incumplimientos otros años y reprocharon a la Comisión Europea su «pasividad».

Los productores españoles reclamaron ayer mismo compensaciones y algún colectivo anunció que presentará un recurso ante el Tribunal de Justicia de la UE por las consecuencias que tendrá su aplicación, entre ellas la pérdida de empleo. La COAG dice que el acuerdo hipoteca el futuro de 250.000 explotaciones hortofrutícolas y amenaza 450.000 puestos de trabajo y más de 8.500 millones de euros en exportaciones al año. Asaja, por su parte, cifra en 2.240 millones de euros anuales las pérdidas para el sector español, un 16% de su facturación.

El responsable técnico de frutas y hortalizas de Asaja Málaga, Benjamín Faulí, lamentó la aprobación y se mostró escéptico sobre las posibilidades de un eventual recurso. «Es algo aprobado por Europa. Estamos en manos de los marroquíes, que han ganado de nuevo», apuntó. Asaja recuerda que el incumplimiento de los cupos por parte marroquí ha provocado que la facturación del cultivo del tomate en Málaga haya bajado en pocos años de 100 a 33 millones de euros y corra riesgo de extinguirse. Otro sector que puede verse muy dañado es el aguacate malagueño, ya que los marroquíes podrán colocar su producto sin aranceles sin contrapartida para la provincia.

En cuanto a los cítricos, unas 3.000 familias del Guadalhorce que viven de este sector también se ven perjudicadas, ya que se elimina el límite de cupo de naranjas y pone un bajísimo precio de entrada del producto de 0,26 euros/kilo. En clementinas, el contingente se eleva de 130.000 a 175.000 toneladas.

Por su parte, el secretario de UPA en Málaga, José Gámez, calificó de «absolutamente injusto» el acuerdo y estimó que afectará a la comercialización de 92.000 toneladas de tomates malagueños, 12.000 de berenjena, 13.000 de pepino y 11.000 de calabacín. «Es un golpe muy duro», comentó.

Reproches entre PP y PSOE. El acuerdo también desató los reproches políticos entre PSOE y PP. La consejera andaluza de Agricultura, Clara Aguilera, lamentó que el Gobierno «no haya querido frenar» el acuerdo, «pese a la presencia mayoritaria del PP en la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeos». Aguilera afirmó que las importaciones marroquíes competirán en ventaja por sus menores costes de producción (mano de obra más barata) y al estar exentos de los requisitos fitosanitarios y seguridad del producto europeo.

Andalucía exporta más de 500.000 toneladas de tomate (el 64% de la exportación nacional a la UE), por lo que es la comunidad más perjudicada, según Aguilera. Marruecos aumentará su exportación a 258.000 toneladas y Andalucía verá mermadas las suyas en 180.000. Esto se traducirá, además, en 2.100 hectáreas que se dejarán de producir y en la pérdida de 1.130.000 jornales.

Por su parte, fuentes del Ministerio culparon al Gobierno de Zapatero de los efectos negativos del acuerdo, dado que votó a favor del protocolo en diciembre de 2010.