La primera reparación de una válvula aórtica unicúspide en España a un niño de cuatro años se ha desarrollado en Málaga y, concretamente, en Xanit Hospital Internacional. La intervención que tuvo lugar el 9 de marzo ha culminado con éxito y el pequeño, que es de Gipúzcoa y se trasladó a Benalmádena para la operación, se encuentra ya en casa.

El artífice de esta operación no es otro que Hans Joachim Schäfers que está actualmente considerado como el mayor experto mundial en la reparación de la válvula aórtica en pacientes de un solo velo. Una válvula normal tiene tres aletas o valvas, pero una válvula estenósica puede tener sólo una valva (unicúspide) o dos valvas (bicúspide). El pequeño de cuatro años fue operado de neonato de una estenosis aórtica severa. La estrechez de la válvula le causaba que el corazón no pudiera expulsar correctamente la sangre desde el corazón hacia el cuerpo.

El problema se resolvió pero de forma parcial, explica el padre del pequeño, y ya a los dos años tuvo que volver a ser intervenido a través de una plastia valvular que tampoco arrojó un resultado satisfactorio al completo. Finalmente la familia del niño conoció el trabajo del profesor Schäfers, referente mundial en la materia.

«Ha sido una suerte. Encontramos al doctor Schäfers mediante familiares de compañeros de trabajo que conocían a un cardiólogo en Málaga, el doctor Carlos Porras, y todo ha sido gracias a él. La técnica consiste en una reparación de su propia válvula. Antes se ponía a correr y se cansaba y se paraba, pero por lo demás hacía vida normal. Ahora, después de la operación, al quinto día ya corría por ahí. Es increíble», comenta el padre del pequeño de cuatro años.

«Había que buscar una solución porque al final cualquier problema de corazón en el futuro podría ser problemático para él. Ha sido espectacular la atención recibida en Xanit. Estamos muy contentos. Se trata de un problema de nacimiento. Ahora ya le hemos hecho aquí una revisión y los cardiólogos están alucinados con el resultado», declara el padre a este periódico.

«Lo previsto era reparar la válvula y en caso de no ser posible, realizar un Ross –la válvula aórtica se reemplaza por otra pulmonar del propio paciente, mientras que la pulmonar se sustituye por una de cadáver–, técnica en la que también es un gran experto, pero que, finalmente, no fue necesaria», asegura Carlos Porras de Xanit.

«Pudimos reconstruir la válvula con un resultado excelente comprobado por ecocardiografía transesofágica en el mismo quirófano. La evolución postoperatoria del niño fue magnífica, siendo dado de alta en muy buena situación clínica 5 días después de la cirugía», indica el cirujano cardíaco.

Las válvulas del corazón son la puerta de acceso y control. Es la que regula el flujo de sangre del corazón. Hasta hace pocos años la única solución ante los diversos problemas valvulares era sustituir ésta por una artificial. Ahora el futuro es la reparación, lo que conlleva menos rechazos, medicación y otras consecuencias como infecciones.