Forma parte de la agenda de las administraciones, del discurso oficial. La lucha contra la estacionalidad turística, el mal de la Costa del Sol, acumula declaraciones de buenos propósitos, pero, de momento, los números no dejan de empeorar. En el pasado año, la diferencia de ocupación entre invierno y verano ascendió a su cifra récord, un 38,5 por ciento, según datos del INE. Los hoteleros no ocultan sus cartas; quieren funcionar todo el año, pero reclaman medidas de apoyo para no perder rentabilidad.

Según José Carlos Escribano, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), el sector precisa de estímulos para afrontar la caída de turistas durante los meses más fríos del año, que hacen que muchos de los establecimientos –hasta un 40 por ciento en la provincia, según CCOO– opten por el cierre temporal. En este sentido, alude al descenso de los ingresos y propone incentivos para reducir costes, entre los que figura la rebaja fiscal.

El planteamiento de los hoteleros es sencillo. Reivindican pagar menos de impuestos para poder mantenerse activos durante los meses en los que la demanda cae. Escribano, en nombre de la patronal, sugiere diferentes posibilidades, bonificaciones a través de los pagos a la Seguridad Social o, incluso, la puesta en marcha de un IVA de invierno, más ligero, a nivel económico, que el que rige en la actualidad. «Todos queremos un destino fuerte y abierto todo el año, pero para eso se debe procurar que el esfuerzo compense», razona.

Aehcos defiende la rebaja en las obligaciones fiscales de los hoteleros que abren entre octubre y febrero, pero también otro tipo de descuentos que eviten las pérdidas durante ese periodo. En este punto, aboga por buscar fórmulas que alivien la factura mensual energética, especialmente después de las últimas subidas aprobadas por el equipo de Rajoy. «No podemos subir los precios y este tipo de incrementos no tenemos cómo recuperarlos y reflejarlos en lo que se le cobra a los clientes», reflexiona.

Los hoteleros también defienden otro tipo de medidas indirectas que podrían favorecer la llegada de turistas a la Costa del Sol; entre ellas, la bajada temporal de las tasas aeroportuarias, que, sin embargo, van a subir. Para la batalla contra la estacionalidad, el sector considera esencial no bajar la guardia y apunta a la necesidad de mantener la inversión en campos como la promoción. «En los destinos de sol y playa se suele acentuar la estacionalidad. Es por eso por lo que hay que mantener la promoción global y la de los segmentos complementarios», puntualiza.

Los cierres invernales de los hoteles supone un azote a las contrataciones de la industria turística; además, comos señala el sindicato CCOO, presumen un efecto en cadena que acaba por desmantelar la economía del entorno. «Cuando un hotel cierra en esos meses es un trozo del destino el que deja de funcionar, incluidas las tiendas. Eso afecta también a la imagen de la provincia», precisa.

La organización está preocupada por el recorte en el presupuesto del Imserso, cifrado en alrededor de un 25 por ciento, circunstancia que molesta, asimismo, a la patronal hotelera, que a través de CEHAT, calificó ayer de «absurda» la medida. Ambas organizaciones recuerdan que se trata de un programa rentable y con capacidad para reducir los estragos de la estacionalidad.