La fotografía de De la Calle ilustra en estos días el desencuentro entre el Gobierno y las universidades españolas; como presidenta de la Conferencia de Rectores ha encabezado las protestas contra el nuevo decreto del sector, que llegaron a su paroxismo el pasado miércoles con un plantón €casi monumental€ al ministro José Ignacio Wert. La también rectora de la UMA está dispuesta a reanudar el diálogo, pero rechaza de manera innegociable los argumentos que han capitalizado la reforma: las universidades, afirma, saben y deben ser austeras. «Parece que últimamente se nos ha perdido el respeto por parte del Gobierno», lamenta.

Los rectores han dado, por primera vez, plantón a un ministro. ¿Se puede hablar de distanciamiento histórico?

No me gusta hablar, precisamente, de distanciamiento; es una situación que se ha dado por las limitaciones impuestas por el ministerio. Hasta el último momento los rectores intentamos que el ministro (José Ignacio Wert) incluyese la petición para debatir el decreto, no por capricho, sino porque se trata de una decisión realmente importante para el futuro de las universidades. Eso no quita que estemos dispuestos, como siempre, a aproximarnos y trabajar juntos para superar las circunstancias que se han dado en estos últimos meses.

¿Cómo incidirán los recortes en la investigación? ¿Se quedarán en la estacada muchos proyectos de la Universidad de Málaga?

Los recortes siempre producen problemas; ahora bien, nuestro objetivo es procurar que, pese a las restricciones y a la crisis, la investigación y la docencia se vean mínimamente afectadas. No resultará fácil porque el decreto incide en el plan nacional; seguramente este año serán menos los proyectos que reciban financiación y ésta, además, en conjunto, será más modesta.

¿Significa eso que habrá que retrasar el Campus de Excelencia?

Precisamente la reunión de hoy€ayer para el lector€ha servido para que la Universidad de Sevilla y la Universidad de Málaga comencemos a redefinir el proyecto conjunto: los recortes obligan a revisar los objetivos y las estrategias. El nuevo límite presupuestario paraliza, sobre todo, las iniciativas asociadas a las infraestructuras, pero existen otras líneas de trabajo, menos costosas, que son las que ahora pretendemos poner en marcha. Andalucía Tech es un proyecto a cinco años, por lo que esto no tiene por qué suponer un frenazo; por lo pronto no lo vamos a permitir e intentaremos buscar conjuntamente otras vías de financiación internacionales y privadas. También pondremos en marcha los programas que tenemos pendientes y que no requieren un presupuesto excesivo.

En los últimos días se ha mostrado especialmente batalladora con la subida de tasas propuesta por el Gobierno.

¿Hasta qué punto condiciona el proyecto el funcionamiento de la Universidad?

Esto será, sin duda, un factor determinante; en los últimos años, pese a la crisis económica, nos hemos acostumbrado a un crecimiento más o menos continuado de estudiantes, tanto en los posgrados como en los grados. La primera consecuencia será, como es lógico, una pérdida importante de alumnado; hay que tener en cuenta que el incremento coincide con una situación generalizada de crisis, que lastra la economías familiares. Muchos alumnos no podrán seguir pagando sus matrículas; la medida afecta a la igualdad de oportunidades y podría suponer una pérdida significativa de talento para el país.

Los estudiantes también protestan por las nuevas condiciones de acceso a las becas....

Las becas han endurecido sus requisitos, con lo cual, en la práctica, serán menos los alumnos que puedan obtenerlas. Esperamos reunirnos con los gobiernos de las comunidades autónomas, entre ellos, la Junta de Andalucía, para intentar estudiar alguna opción que permita compensar esta pérdida de ayudas, que será especialmente notoria en las familias afectadas por la crisis y el paro.

¿Se ha optado por la vía más agresiva? ¿En qué aspectos de la educación se debían haber focalizado los recortes?

Las universidades somos conscientes de que las dificultades económicas y, por lo tanto, las reformas abarcan todos los órdenes de la administración. Lo que ocurre es que se debían haber aplicado en otras áreas y servicios. En un momento de crisis los países y regiones que salen antes son los que han apostado y aumentado la inversión en investigación. Vamos a intentar, insisto, que las medidas de este decreto mermen lo menos posible la calidad de las universidades españolas; estamos trabajando, precisamente, en planes conjuntos para que así sea, con medidas como la compra centralizada de material, para que salga más barato.