Si la propuesta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de reducir de once a seis los partidos judiciales de la provincia generó protestas en numerosos municipios malagueños, el documento final al que le ha dado el visto bueno la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) no se va a quedar atrás, porque la disminución es aún más drástica: de once a tres, con Marbella, la capital y Vélez como grandes cabeceras de circunscripción.

Esto, por cierto, es sólo otro paso más hacia la futura Ley de Demarcación y Planta, pues el documento inicial del consejo se envió a los tribunales superiores para que éstos, tras escuchar a los presidentes de audiencias provinciales, dieran ideas para mejorar el futuro mapa de la justicia española. La nueva división se ha imbuido del espíritu superador del binomio juez/juzgado. Crear un órgano cuesta 350.000 euros, mucho más que el nacimiento de una única plaza de juez.

Además, con este nuevo sistema desaparecerían los órganos mixtos civiles y penales, y se crearían tribunales de instancia de ambas especialidades apoyadas por servicios comunes de notificación, gestión y tramitación. Muere el juzgado y nacen los servicios integrados.

Las nuevas tecnologías, la evidente mejoría de los medios de transporte (AVE, autopistas, etcétera...) y la crisis económica hacen evidente que la reducción de partidos judiciales puede ser una iniciativa a tener en cuenta.

El TSJA pide con un diplomático lenguaje al consejo que tome en consideración las precisiones del informe, y acuerda, por unanimidad de la Sala de Gobierno, informar favorablemente a la renovación propuesta por el órgano de gobierno de los jueces.

Con la nueva delineación, Málaga sería la cabecera de circunscripción engullendo al actual partido de Torremolinos, al de Coín, a Antequera y Archidona. Cinco partidos en uno. La comunicación entre la capital y la Vega antequerana, con una autovía y una autopista, facilitarían esta nueva agrupación.

Vélez Málaga asumiría los juzgados del partido de Torrox, aunque la gran beneficiada, el segundo corazón judicial de la provincia con esta diseño «a tener en cuenta», es Marbella, ciudad más grande que algunas capitales andaluzas que absorbería los partidos judiciales de Ronda, Estepona y Fuengirola, teniendo asimismo jurisdicción sobre Benalmádena, que actualmente dependía de Torremolinos.

La relativa cercanía entre Marbella y Ronda, y los pueblos de la Serranía, explica esta propuesta. Como mínimo, para crear los tribunales de instancia debería haber siete u ocho órganos por especialidad, por lo que se generan así tres grandes núcleos judiciales en la provincia.

Esto, tal y como consta en el informe de cinco páginas aprobado por la Sala de Gobierno -y sus diversos anexos-, no va a sentar nada bien a determinados municipios, que ven cómo pierden poder administrativo. De hecho, cuatro localidades malagueñas (Antequera, Parauta, Coín y Alhaurín el Grande) se pronunciaron en mociones contra el rediseño de la planta judicial.

Propuesta anterior La propuesta anterior consistía en que Málaga y Torremolinos continuaran siendo independientes; Antequera y Archidona formaran un gran partido con Ronda en el norte de la provincia; Vélez asumiera Torrox, Fuengirola a Coín y Marbella a Estepona. Incluso, hay quien piensa que lo ideal sería que se crearan partidos judiciales uniprovinciales.

En el país, la propuesta pasa por reducir los partidos judiciales de 431 a 190. Cada partido debería tener un mínimo de 100.000 habitantes y la cabecera no debería distar más de una hora de viaje respecto a todos los puntos.

En el documento, el TSJA reconoce que la actual estructura está «agotada, caduca y desfasada», que no responde a criterios de «racionalidad ni eficacia», por lo que cree necesario abordar el cambio de modelo, lo que aportaría beneficios: «Permite una fórmula más flexible para avanzar hacia el trabajo colegiado en la instancia, rompiendo la fórmula juez/juzgado, antieconómica e ineficiente en muchos casos. Posibilita el despliegue de la oficina judicial y la implantación de servicios procesales comunes y de ejecución».

Más especialización Además, permite una mayor especialización, desapareciendo los juzgados mixtos y extendiendo la jurisdicción a distintas demarcaciones de la misma provincia, y facilita que los nuevos partidos dispongan de servicios de apoyo a la actividad, gabinetes psicosociales, servicios para las víctimas, etcétera...

Hay que guardar equilibrio «entre la garantía de un fácil acceso y comunicación de los ciudadanos con el juzgado y la necesidad de evitar una excesiva dispersión de recursos». Esta reforma debe venir acompañada de otras, como la creación de los tribunales de instancia, la instauración de una justicia de primer grado que aborde faltas y juicios de escasa cuantía; el futuro de los juzgados de paz, la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el despliegue de la nueva oficina judicial y el desarrollo de nuevas tecnologías.