Los ajustes en los programas de fertilidad que estudia el Gobierno central abocarían a casi 2.000 parejas malagueñas al año a acudir a técnicas de reproducción asistida en la sanidad privada, lo que les supondría un desembolso que oscilaría entre 1.000 y 5.000 euros.

En la provincia de Málaga una media de 500 nuevas parejas se someten a algún tipo de técnica reproductiva en el complejo Carlos Haya, mientras que otras 2.500 acuden a la sanidad privada, de las que a su vez la mitad requieren finalmente de algún tipo de tratamiento. Pero es que además gran parte de estas parejas que ya acuden al sector privado lo hacen ante las listas de espera que arrastra la asistencia pública -que en Málaga es de un año- o por no requerir los requisitos estipulados -haber sido madre anteriormente, edad tope, etc.-.

En el 29 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) celebrado recientemente en Granada ya se lanzó un claro mensaje: «El tratamiento de la infertilidad no es un lujo o un capricho, sino una necesidad para dar respuesta a un trastorno frecuente en España».

En este foro se puso de manifiesto que la infertilidad afecta a un 15% de las parejas españolas en edad reproductiva, y existen cerca de un millón que necesitan asistencia para poder concebir.

El retraso de la maternidad ante los cambios sociales ha sido una de las principales causas por la que ha aumentado de forma tan considerable la demanda de asistencia y ayuda para la reproducción.

La edad media de la mujer que acude a pedir ayuda se sitúa en torno a los 36,5 años, cifra algo superior a los 30-32, que según los expertos es la edad recomendada para planear un embarazo.

La crisis económica ha puesto aún más impedimentos a las parejas a su deseo de tener un hijo, porque el gasto de estos tratamientos es más que considerable. Ahora el Ejecutivo central, en lugar de fortalecer este tipo de asistencia en la sanidad pública cuando es más demandada que nunca, habla de una revisión de la cartera de forma que las atenciones se dividirán en: servicios básicos, suplementarios y accesorios.

Son muchas las voces que han encendido la señal de alerta ante el anuncio del Gobierno central. Genética, cribados, rehabilitación, reproducción asistida e implantes oftalmológicos son las cinco primeras áreas que se revisarán, según ha determinado el grupo encargado de este cometido. Aunque Sanidad insiste en que el hecho de que un área se revise no supone que se vaya a recortar, el caso es que diferentes colectivos no están tan seguros y han manifestado su temor. El Ministerio insiste en que no hay conclusiones de los grupos, y afirma que se trata de proponer eliminar prestaciones obsoletas, establecer límites o acotar indicaciones e, incluso, proponer la incorporación de técnicas emergentes. El caso es que ya hay estimaciones del ahorro que puede suponer estas revisiones. Cerca de 700 millones si se materializan y completan.

En el complejo Carlos Haya se realizan al año una media de 550 ciclos in vitro y 400 inseminaciones, según los datos facilitados por el hospital. La cifras son similares en los últimos años, teniendo en cuenta no obstante que la demanda se habría triplicado en cinco años.