Encontrar una región del mundo donde no esté presente una delegación de Médicos del Mundo es una tarea casi imposible. Esta organización creada en 1971 para atender las emergencias sanitarias en África fue expandiéndose al tiempo que captaba nuevos voluntarios. Entre los miles de profesionales de todo el mundo que participan de forma altruista con la ONG, se encuentra Jesús González, enfermero de Urgencias en el Hospital de Vélez Málaga.

«Colaboraba desde hacía mucho tiempo con la organización, pero me surgió la oportunidad de ir allí y no me lo pensé», explica González. Desde entonces ha participado en numerosos países de distintos continentes pero sin duda las experiencias que más le marcaron siguen necesitando de ayuda urgente: Haití y Somalia.

La precariedad haitiana se hizo aun más visible para el resto del mundo tras el terremoto de 2010. A la catástrofe le siguieron otros problemas adicionales como la epidemia de cólera que contagió a miles de ciudadanos. La escasa salubridad del agua, la desnutrición y el mal estado de los alimentos fomentaron que la enfermedad se extendiera sin control entre la sociedad. En aquel momento, Médicos del Mundo ya contaba con varios asentamientos en el país pero la nueva situación propició la llegada de refuerzos.

Se instalaron centros de apoyo a los ya existentes, hospitales de campaña para atender las emergencias locales y dispensarios de medicamentos en las zonas más afectadas. «El gobierno haitiano no se responsabilizó en ningún momento de la situación, sin control ni organización los sanitarios teníamos que hacerlo todo», recuerda.

Al principio todo el mundo se volcó con la causa, las imágenes de comunidades destruidas y de huérfanos buscando entre los escombros a sus padres dieron la vuelta al mundo. Sin embargo, Occidente fue olvidando progresivamente este conflicto y aunque según Jesús González, «los españoles siempre se vuelcan con los más desfavorecidos», Haití necesita urgentemente la ayuda de todos.

Médicos del Mundo desplegó en aquel momento todos sus medios para poder hacer frente a la lista interminable de necesidades. Estableció la coordinación sanitaria de varias zonas y colaboró estrechamente con otras asociaciones nacionales e internacionales como Intermón Oxfam para trabajar de manera más efectiva. Jesús González junto con otros compañeros fueron destinados a la ciudad de Petit-Goâve para empezar cuanto antes su trabajo. En Médicos del Mundo, siete de cada diez voluntarios son enfermeros porque es precisamente este puesto el más solicitado. «Los principales problemas pueden ser resueltos por personal de enfermería: inyecciones, puntos de sutura, administración de la medicación básica o asistencia en partos».

Además de seguir actuando directamente sobre la enfermedad, los voluntarios tenían que ir desarrollando programas de prevención de enfermedades y atender las necesidades habituales. Médicos del Mundo respeta siempre la voluntad de los socios y colaboradores y por ello envía el 100% de esta financiación al destino que ellos mismos hayan elegido. Del total del capital que maneja la ONG, 22 millones de euros en 2011, un 39% procede de financiación privada y el restante de los miles de personas que respaldan la acción de estos médicos.

Además de continuar con su labor en Haití, Médicos del Mundo emprendió justo ahora hace un año un proyecto en la frontera entre Somalia y Etiopía para atender emergencias médicas relacionadas con la desnutrición. Aunque ya existía en la zona un centro de atención primaria, era incapaz de dar cobertura a todos los pacientes que acudían diariamente.

«El patrón epidemiológico suele estar protagonizado por enfermedades respiratorias agudas, trastornos digestivos, tuberculosis y malaria», explica Jesús González. Asimismo, se lleva a cabo un programa de atención a enfermos de SIDA y se desarrollan todo tipo de planes de seguimiento a otras enfermedades crónicas.

Prevenir el SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual es uno de los objetivos que persigue Médicos del Mundo. Recientemente han llevado a varias regiones del África Subsahariana un programa de salud reproductiva y sexual que completan con actividades para promover la higiene. Este último punto es la lucha constante que los profesionales sanitarios mantienen allá donde van.

Médicos del Mundo se mueve por el principio fundamental del derecho a la salud. «Curamos todas las enfermedades, incluidas la injusticia», explica Jesús González. Que miles de personas mueran al año a causa de enfermedades que solo necesitan una vacuna para ser erradicadas es, más que una desgracia, «una forma de violar los derechos humanos».