El Ayuntamiento de Málaga va a aprobar el mayor plan de ajuste económico financiero de su historia, obligado por el fuerte desequilibrio económico entre sus ingresos y gastos, cifrado en 192.956.074 euros, y por sobrepasar ampliamente los límites legales de endeudamiento, que la ley establece en un 75% mientras que en Málaga se ha disparado al 147,9 de los ingresos. A julio de 2012, la deuda municipal ascendía a 757 millones de euros.

El plan, aprobado ayer inicialmente por la junta de gobierno local y que deberá ser respaldado por el pleno el 27 de septiembre, fue explicado en sus líneas generales por el alcalde, Francisco de la Torre, y la concejala de Economía, María del Mar Martín. Se trata del mayor plan de ajuste puesto en marcha por el Ayuntamiento, tanto por sus plazos, que van de 2013 a 2020, como por la envergadura del desajuste económico. El anterior plan, fue de 2008 a 2011 y tenía un desajuste económico de 164 millones de euros.

El que ahora se pone en marcha viene obligado por la Ley de Estabilidad Presupuestaria aprobada por el Gobierno para todas las administraciones públicas que no tienen equilibrio entre ingresos y gastos y que tienen disparado el endeudamiento.

Se trata, según los primeros datos aportados por el alcade, de un plan muy severo, que durante los ocho años de vigencia recortará a menos de la mitad la inversión en la ciudad, una inversión que durante los próximos años rondará los 35-40 millones de euros; hará disminuir drásticamente el gasto corriente en electricidad, combustible y otros servicios, excepto en material social; seguirá impidiendo acudir al endeudamiento; redoblará el dinero destinado a pagar intereses de la actual deuda y recortará sensiblemente el gasto de personal a cambio del mantenimiento de la plantilla, incluidos los interinos.

El plan tiene el doble objetivo de conseguir el equilibrio en sus cuentas, lo que supone eliminar el déficit actual de 192,9 millones de euros y rebajar la deuda hasta alcanzar el límite de endeudamiento exigido por el gobierno que es de un 75% respecto a los ingresos. Para ello, el año próximo se pagarán algo más de 41 millones en amortización de créditos. El plan prevé conseguir en 2017 la estabilidad entre ingresos y gastos y en 2020 rebajar su endeudamiento hasta el 75% que exige ahora el Estado.

El plan pretende obtener en sus ocho años de vigencia un superávit de 160 millones de euros que irán a enjugar el déficit de 192,2 millones. A cambio de esta severidad en el control del gasto, el Ayuntamiento se compromete a la estabilidad en el empleo de sus 6.700 trabajadores; a mantener y mejorar el pago a proveedores, a continuar una política fiscal «moderada y a mantener la «calidad en los servicios públicos». También se salvan de la quema las partidas relativas a políticas sociales y empleo y la relacionadas con los tres ejes estratégicos de la ciudad (turismo, cultura y tecnología).

Escenario del plan. Como objetivos políticos, según resaltó el alcalde en su intervención, el plan permitirá «seguir garantizando la solvencia del Ayuntamiento, la prestación de los servicios municipales actuales con «la máxima calidad posible» y el mantenimiento del empleo público.

El plan de ajuste se aplicará en el Ayuntamiento, en sus organismos autónomos y en las empresas municipales que tengan ingresos de mercado que no superen la mitad de su presupuesto, es decir, que dependan en más del 50 por ciento del presupuesto municipal. En esta situación están todas menos la Sociedad Municipal de Viviendas (IMV), la Empresa Malagueña de Transportes (EMT), Emasa, Parcemasa y Deportes y Eventos.