Conflicto con la Policía Local, que mantiene una protesta continua; debates agrios con la oposición a cuentas de dos viajes oficiales (en 2007 y 2006) con su esposa a Roma y Valencia; presentación de unos presupuestos escasos; falta de iniciativas políticas con fundamento; declaraciones sobre la calidad de la Universidad; dieciséis días fuera de la ciudad en dos meses y juego sucio sobre la información de sus ingresos son algunas de las chinas que ha tenido el zapato de Francisco de la Torre durante el último trimestre. El alcalde de Málaga llegó el viernes al Debate del Estado de la Ciudad con muchos frentes abiertos y salió indemne pese a no tener su día más inspirado en el estrado. Sin embargo, demostró, una vez más, que es una figura a la que se le puede atacar, pero casi imposible de derribar.

El año 2012 ha sido complicado para De la Torre, que ha tenido que presentar un duro Plan de Ajuste para el Ayuntamiento y unos presupuestos para 2013 basados en una economía de mínimos. La falta de dinero es alarmante en un Ayuntamiento que mantiene una alta tasa de endeudamiento, lo que ha cerrado el otrora generoso grifo de las inversiones. Y con poco dinero los problemas crecen. Art Natura fue el más complejo con el que ha tenido que lidiar. Su marcha de Tabacalera fue un alivio para De la Torre, que se quitó una fuente constante de problemas.

Sin embargo, la liberación de Tabacalera puso sobre la mesa un problema para la ciudad, que no era exclusivo de este espacio. Se han gastado millones de euros en edificios que no tienen un uso definido y la falta de dinero limita la acción municipal. Tabacalera se llenará de uso con la instalación de Esesa, actividades culturales y del diseño y la moda por definir. De la Torre anunció el pasado viernes que hay más ofertas que espacio, pero todavía no se conocen las actividades propuestas.

Más preocupante es el destino del Astoria, que no tiene usos planteados para 2013, o la esquina del puerto, donde 6.000 metros cuadrados de uso cultural han pasado a estar destinados a Unicaja, ofertados a Caixaforum y negociados con la Fundación Berrocal. Los cambios de opinión crean incertidumbre y dan a entender que las ideas se acaban con la misma rapidez que el dinero.

Pero si los cambios de criterio han sido constantes, más lo son silencios y promesas olvidadas. El Campamento Benítez está pendiente de que se ceda de forma inminente desde hace tres meses, aunque sin un proyecto para hacer el prometido parque. Los Baños del Carmen han pasado de tener presupuesto municipal para actuar a dejarlo en manos de los privados, si quieren. En el dique de Levante negaron la posibilidad de construir un hotel, para presentar un proyecto con más de 100 metros de altura y ningún respaldo empresarial.

Pocos son los proyectos de calado que puede presentar. Al menos las necesarias obras del bulevar siguen adelante y queda por ver si la Junta tiene dinero para retomar el Plan Turístico de Málaga, con la reurbanización de la calle Granada y la parte sur de la Catedral.

Conflictos y polémica. Pero lo peor ha llegado de los conflictos laborales en los que se ha enredado el Ayuntamiento. Tras frenar el anunciado en Limasa y algún amago de los taxistas, lo más duro le ha llegado por los policías locales, una parte de los cuales ha mantenido protestas constantes contra el alcalde y el equipo de gobierno, viviéndose momentos de tensión importantes y juego sucio por ambas partes.

Esto ha coincidido en el tiempo con las dudas sobre la justificación del gasto de sendos viajes oficiales del alcalde a Valencia y Roma en 2006 y 2007, a donde acudió con su esposa. Las cifras manejadas son bajas y la importancia, relativa. Sin embargo han tocado la imagen de integridad del alcalde, algo de lo que siempre se ha preciado De la Torre. El golpe ha sido más moral que político, como la polémica con la universidad de Málaga a cuentas de unas declaraciones realizas en Nueva York que ponían en duda su calidad. El regidor, que siempre se vanaglorió de su trabajo para conseguir la Universidad en Málaga, ha gastado mucho esfuerzo en compensar sus palabras.

Este cúmulo de circunstancias han empezado a afectar la imagen de Francisco de la Torre, que sigue al frente del Ayuntamiento con la duda de su continuidad en 2015. El puesto es ambicionado y muchos los nombres que han salido sobre sus posibles sustitutos -por ahora fallidos-. Si por De la Torre fuera, casi se puede asegurar que seguirá. Pero, ¿qué dirá el PP?