De momento son 67, pero pueden ser más cuando termine el plazo de presentación de solicitudes. Las ayudas de emergencia de la Universidad de Málaga permitirán que estos estudiantes no tengan que abandonar su carrera por falta de medios económicos, al no haber obtenido una beca del Ministerio de Educación debido al endurecimiento de los requisitos académicos.

La escabechina ministerial está siendo importante. En total, 1.349 estudiantes de la UMA tuvieron que dejar este pasado curso sus estudios al no poder pagarse la carrera. Los criterios son mucho más exigentes y la Universidad se vio obligada al archivo de estas matrículas por impago.

Para compensar esta situación, en la medida de sus posibilidades, la UMA creó esta convocatoria de ayudas de emergencia con fondos propios. En principio iba a destinar 20.000 euros, aunque con posterioridad decidió aumentar esta cuantía en 30.000 euros más, y amplió el plazo para poder solicitarlas hasta el 10 de septiembre. De momento ya ha adjudicado algo más de 33.200 euros, así que aún restarían 16.790 euros por repartir entre los universitarios que hayan presentado su petición después del 25 de julio, cuando la Comisión de Selección propuso la lista de admitidos provisionales.

142 negativas

Del mismo modo, por el momento, hasta 142 estudiantes han recibido una respuesta negativa por parte de la Universidad de Málaga. Por distintos motivos. En unos casos, porque ya disfrutan de una ayuda o beca incompatible con esta beca de emergencia. También por superar los umbrales de renta o de patrimonio establecidos en las bases de la convocatoria. O por no acreditar la independencia económica y familiar.

Según explicó en su día el Vicerrector de Estudiantes de la institución académica malagueña, Juan Antonio Perles, y adelantó La Opinión de Málaga, estas becas de emergencia tratan de paliar situaciones «sobrevenidas», es decir, cambios familiares en el último año y que no se recogen en la declaración de la renta, en la que se incluye la información fiscal del año anterior, como una disminución drástica de los ingresos de la unidad familiar, al menos un 40% menos respecto al año anterior.

Situaciones sobrevenidas

También está destinada a estudiantes que viven en el seno de una familia en la que alguno de sus miembros se ha quedado en el paro, o haya fallecido alguien de la unidad familiar, o se haya producido una separación, o se haya reconocido de forma legal la condición de persona con discapacidad igual o superior al 65% o que alguien de la familia haya sido diagnosticado de una enfermedad grave.

Se trata de una tercera vía para lograr una ayuda de estudio para quienes no superan la criba impuesta por el Ministerio o por la Junta de Andalucía (con requisitos académicos más flexibles). Es una ayuda de carácter más social, propiciada por los recortes en educación.