Con la ilusión y fuerza vital que siempre caracterizaron al eminente psiquiatra D. Pedro Ortiz Ramos, y por el esfuerzo y empeño que había puesto en el proyecto vio al fin la inauguración de lo que sería su gran obra, la clínica de reposo Los Ángeles, única en España como afirmara el Dr. Vallejo Nágera. El doctor Ortiz Ramos, fundador-director de dicha Institución, había puesto en este centro asistencial la ilusión propia de las cosas hechas con nuestras propias manos. El edificio destinado a la Clínica era un lindo chalet situado en la huerta de los Ángeles, en el lugar llamado Arroyo de los Ángeles al noreste de la ciudad. Un bellísimo paraje desde el cual se contemplaba un panorama espléndido y rodeado de hermosos jardines donde se respiraba un profundo silencio que incitaba al reposo y la paz que buscaban las numerosas enfermas de ilustres familias españolas y extranjeras que por ella pasaban.

La asistencia facultativa estuvo a cargo del director de la Clínica, doctor Pedro Ortiz Ramos, y las enfermas atendidas y cuidadas por Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, Orden Religiosa consagrada desde su fundación al tratamiento y asistencia de las enfermedades del sistema nervioso. Dada la frecuente asociación de las ginecopatías en las afecciones nerviosas, la Clínica contó asimismo con la colaboración del sabio ginecólogo malagueño, doctor D. José Gálvez Ginachero.

D. Pedro adquirió los terrenos en que se ubicó el sanatorio, en sociedad, con su buen amigo Ramón Fernández Canivell. Posteriormente, dichos terrenos se extendieron hasta el Monte Coronado, pasando a ser Ortiz Ramos el único propietario de los mismos.

La inauguración de la Clínica tuvo lugar el día 29 de junio de 1939, con la bendición de todas sus dependencias por el obispo de la diócesis. Así describe el lugar una nota recogida en prensa: «(…) El sitio escogido es magnífico, y la casa principal soberbia (…). Los edificios que constituyen la clínica están rodeados por un gran parque (…) La instalación de las distintas dependencias y servicios es modernísima, mezcla de lujo y sencillez (…) Sus habitaciones en nada desmerecen, por su comodidad y elegancia, de las de los hoteles más famosos. El reposo es la base del tratamiento que se da en esta clínica singular, primera de su clase…»

La inauguración de la Capilla y del Convento de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús que, como ya se hizo mención, son las que regentaron tal institución, tuvo lugar diez años más tarde, concretamente el 29 de junio de 1949, siendo bendecidas por el señor obispo, D. Ángel Herrera Oria.

La solicitud y el desvelo que manifestó por las enfermas que llegadas, incluso, de diversos países pasaron por su clínica queda reflejado en las numerosas felicitaciones y muestras de gratitud que D. Pedro recibiera casi a diario por parte de familiares y enfermas curadas, y que no hace sino poner de manifiesto, una vez más, el cariño y el entusiasmo con que se entregaba a su quehacer diario. De tales manifestaciones son prueba algunas de las cartas, entre las que se encuentra la que envía desde Madrid, con fecha de enero de 1940, el prestigioso doctor D. Antonio Vallejo Nágera, primer catedrático numerario de Psiquiatría en la Universidad española y padre del también psiquiatra Juan Antonio Vallejo-Nágera. Sin olvidar las felicitaciones recibidas de prestigiosas figuras del momento como las de los doctores Marañón y Jiménez Díaz, entre otras…

En la reconstrucción de la hermosa casa-palacio que constituía la citada Clínica, intervino el contratista de obras Sr. Atencia, padre del que fuera su entrañable y querido amigo (se lo demostró en numerosas ocasiones), el prestigioso abogado malagueño Manuel Atencia García.

En sus últimos años se afanó por salvar lo que él consideró su obra: La Clínica de Reposo Los Ángeles, a la que entregó gran parte de su vida. Porque para donPedro, que no tuvo hijos, la Clínica constituyó como una prolongación de su propia existencia. Todos los días, tal vez apesadumbrado ya por el paso de la vida, acudía a ver a sus enfermas a las que trataba con especial mimo y ternura, quizás presentía ya el final de una vida de entrega y generosidad constantes…

Y en efecto, la vida concluye y sólo a algunos seres, muy escasos, se les concede el privilegio de morir en el momento en que muere su auténtica existencia, es decir, cuando han recibido cuanto tenían que recibir y dado cuanto tenían que dar. Y él, ya había dado tanto…, que el jueves, 26 de mayo de 1977, a los 74 años, aún no cumplidos, la vida se le fue de las manos.

El miércoles, 30 de agosto de 1978, se publica la noticia de la donación de la familia del doctor Ortiz Ramos a la Diputación Provincial de la Clínica de Reposo Los Ángeles, con la finalidad de crear «un nuevo psiquiátrico dentro de la ciudad, y muy próximo al Hospital Civil que, al parecer, eso era cuanto venían reivindicando, tanto los enfermos como sus familiares y cuidadores (…) Una donación espléndida que honra al difunto doctor Ortiz Ramos (…)».

Compromiso

El compromiso acordado en 1978 por la Diputación Provincial de construir un centro psiquiátrico en los terrenos de la Clínica, donada para tal fin, no se cumplió. La Diputación manifestó, al parecer, cierta desidia al respecto y el paso de los años convirtieron La finca de Miraflores de los Ángeles, con una extensión superficial de 421.619 metros cuadrados, en un espectáculo dantesco. El abandono y estado ruinoso en que se encontraba la casa-palacio y sus aledaños crispó los ánimos de familiares, amigos, enfermos y de toda persona vinculada al doctor Ortiz Ramos.

Su reconocida y afamada clínica, por la que tanto había luchado no pudo sobrevivirle en el tiempo como hubiera sido su más ferviente deseo. Sí, queridos lectores, de esa gran obra, fruto de tanta ilusión, entrega y constancia, tristemente, no ha quedado nada. Y, en verdad, para los malagueños debería haber constituido un orgullo el que una institución psiquiátrica llevara su nombre, perdurando su memoria para futuras generaciones. Lo contrario nos parece una ingratitud cometida con una de las figuras más ilustres de la historia médica malagueña.

Hoy, en esos terrenos «de la vida y del alma» del Dr. Ortiz Ramos, se ha construido un I. E. S., que ni siquiera lleva su nombre. Y termino haciendo una reflexión: la Delegación de Educación-de quien creo es competencia-debería hacerse eco de tal injusticia, teniendo a bien conceder que el, hoy, I.E.S Miraflores de los Ángeles, ubicado en los terrenos de la que fuera Clínica psiquiátrica durante casi 50 años, llevara el nombre de su fundador, doctor Ortiz Ramos, como justo y merecido reconocimiento hacia la figura de tan eminente médico, uno de los pilares más importantes de la psiquiatría española del siglo XX.

*María Jesús Pérez Ortiz es filóloga, catedrática, escritora y sobrina del doctor Ortiz Ramos