­El Ayuntamiento de Málaga y Limasa siguen sin encontrar una solución adecuada para el servicio de limpieza en el Centro Histórico. Hasta ahora las diversas medidas adoptadas, como la recogida puerta a puerta o la de los contenedores soterrados, o han terminado fracasando o no han sido suficientes para abordar la complejidad de la limpieza y recogida en el Centro.

Al final siempre acaba imponiéndose el modelo clásico del contenedor en superficie que tanto afea el entorno y tantas molestias produce en una ciudad cuyo potencial turístico crece a medida que pasan los días.

Ahora la enorme proliferación de negocios de hostelería que se viene produciendo en el Centro en los dos últimos años está desbordando la capacidad de recogida que tienen tanto los contenedores soterrados como en superficie.

La sucesiva apertura de comercios, bares y restaurantes está generando un incremento de los residuos con el que no se contaba. El concejal de Medio Ambiente y responsable de Limasa, Raúl Jiménez, reconocía ayer que «la actividad hostelera en el centro se ha disparado y los contenedores se han visto desbordados», aunque aclaraba que «una cosa es ser capaces de asumir la demanda de basura y otra que podamos instalar tantos contenedores».

La única solución, de momento, según señaló ayer el concejal, es esa, ampliar el numero de depósitos, lo que sin duda afeará el entorno donde se colocan. El concejal reconoció que ha habido que añadir más contenedores de superficie en lugares muy vistosos y frecuentados tanto por nativos como por foráneos, como las plaza del Teatro, la Merced o Las Flores, y en calles como Molina Lario o Santa María.

La solución es contraproducente al añadir más suciedad y rechazo en el entorno, como ocurre en la plaza de Las Flores.

La otra solución, apuntada ayer por el concejal, es poder aumentar el número de contenedores soterrados, un sistema que «es muy complicado de realizar», según reconoció.

De todas formas, el Ayuntamiento ha iniciado la elaboración de un segundo plan de mejora de contenedores soterrados en el Centro Histórico para complementar la oferta ya existente. Pero el concejal aclaró que se trata de una solución a largo plazo que podría iniciarse el año 2015 y «muy complicada», debido a la posible existencia de restos arqueológicos o a la instalación de servicios como la fibra óptica en el subsuelo y a la necesidad de poner de acuerdo a muchos agentes. Esto hará que muchos de los contenedores que se proyecten luego no puedan instalarse por alguna de estas trabas.

Además, según el concejal, «el Centro de Málaga es el escaparate de la ciudad y no se pueden poner contenedores por poner; deben estar muy bien pensados», y recordó la primera fase, en la que algunas zonas «fueron muy conflictivas». «Por eso tenemos que ser muy cautelosos», apostilló.