La principal inversión privada en la provincia de Málaga (84 millones de euros) está ahora más en el aire que nunca. La posible marcha del jeque Abdullah Bin Nasser Al Thani siembra más dudas sobre la construcción del nuevo puerto deportivo La Bajadilla, en Marbella, cuyo titular de la concesión es la empresa Naas Marbella, propiedad en un 97 por ciento del jeque Al-Thani y otro 3 por ciento del Ayuntamiento de Marbella.

A la espera de que esta sociedad presente el proyecto constructivo, uno de los últimos trámites antes del inicio de las obras, los contratiempos, retrasos, adversidades y sanciones se han ido acumulando desde que en 2011 anunciara su intención de construir y remodelar el puerto marbellí de La Bajadilla.

Aunque Ángeles Muñoz, alcaldesa de Marbella, quita hierro al asunto, lo cierto es que el proyecto sigue en el aire cuando debía haber comenzado en 2012. Desde el Ayuntamiento marbellí aseguran que «las inversiones del jeque Al-Thani en Málaga no guardan una relación directa con el puerto de La Bajadilla».

A su vez apuntan como fecha límite para entregar el proyecto constructivo septiembre de este año. Hace doce días el interlocutor municipal mantuvo una reunión con responsables de la empresa y, según fuentes del Consistorio, «nada hace pensar que el jeque vaya a dar marcha atrás con La Bajadilla».

Sin embargo, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) confirmó ayer a este periódico que apremiará al jeque a que antes del verano presente el proyecto definitivo.

Este documento tenía que haberse entregado en junio de 2012 y tras una prórroga de tres meses, en la APPA siguen sin noticias del mismo dos años después.

Desde que empezó la tramitación en diciembre de 2011 con la firma del contrato de concesión todo han sido incumplimientos.

Las relaciones entre el catarí y las administraciones públicas empezaron con mal pie, ya que la Dirección General de Costas no le otorgó al jeque el permiso para construir un hotel de 23 plantas que quería incluir en el proyecto de La Bajadilla.

Pero el proyecto siguió torciéndose para el catarí. El estudio de arquitectura de José Seguí, al cual le había encargado el proyecto básico para presentarse al concurso de La Bajadilla, denunció al jeque en 2013 por no saldar la deuda de 3,8 millones de euros que la sociedad mantenía con los autores del documento. El juicio por esta causa está fijado para enero de 2015.

Ante todos estos incumplimientos, la Junta de Andalucía se le acabó la paciencia. Tras la prórroga concedida hasta septiembre de 2012 para la entrega del proyecto sin éxito, se sumaron otros tantos incumplimientos que hicieron que el ente autonómico decidiera abrir expediente de rescisión de la concesión.

Así pues, la adjudicación del puerto no sólo se ciñe a la ampliación, sino también a la gestión del actual, a lo que el jeque habría incumplido la liquidación de deudas a proveedores, la contratación de un equipo directivo y administrativo y el pago del canon correspondiente. También cabe destacar que el Al-Thani y el Ayuntamiento no hicieron correctamente desde un principio la constitución de la sociedad.

El proceso de rescisión acabó siendo archivado al no darse los supuestos de abandono de la concesión ya que la empresa del jeque subsanó estos errores a excepción del proyecto constructivo aún pendiente.

Por este motivo, en diciembre de 2013 la APPA advierte a Al- Thani de que le va a abrir un nuevo expediente por los retrasos en el documento, esta vez, sancionador. Finalmente, en febrero de este año se le interpone una multa de 50.000 euros.

En mayo, nuevamente se le complica el panorama al catarí. Tras anunciar la contratación de un estudio de arquitectos para la elaboración del esperado proyecto constructivo, el director del puerto de La Bajadilla dimite, por lo que Al-Thani tiene que buscar un sucesor.

Por su parte, el director de la APPA, Miguel Paneque, señaló durante la presentación del Plan Director de Puertos de Andalucía 2014-2020, que están «esperando el proyecto». El organismo autonómico aún no tiene constancia oficial de que el documento se esté redactando.

Paneque destacó que «en cuanto se lo entreguen lo analizarán y comprobarán si es correcto, si responde a los requerimiento de la licitación y si no, habrá que corregirlo», a lo que añadió que «van a seguir exigiendo el cumplimiento del conjunto de obligaciones que dimanan de esa concesión».

Un proceso de tramitación extenso al que habría que sumar los cuatro años de ejecución de la obra del puerto.

@MariaAlbarral