Hoy se escribe una página más dentro de la historia de España, un día para recordar y en el que la proclamación de Felipe VI como rey de la nación, tras la abdicación de Juan Carlos I, se ve con diferentes prismas desde la calle.

Los malagueños hacen su día a día con normalidad pero cada uno tiene una opinión formada sobre el protagonista del próximo reinado y la continuidad de la monarquía, un aspecto a debate en las últimas semanas.

Mientras los más monárquicos dan el visto bueno a Felipe VI, los que no defienden este sistema se preguntan todavía por qué debe existir un modelo que no se ha sometido a votación. Algunos, recelosos de su intimidad, prefieren no dar su opinión y ríen de manera pícara cuando se les pregunta qué piensan sobre el hecho histórico que se celebra hoy.

Aquellos que se muestran partidarios de que Felipe de Borbón recoja el testigo de su padre tras cerca de 40 años al mando de la Casa Real coinciden en que se trata de un hombre preparado. Es una de las principales bazas que respaldan sus creencias. No solo se trata de un sistema que ven necesario que continúe por sus convicciones, sino que la formación de Felipe VI durante estos años atrás y su educación no caen en saco roto para casi nadie y no dudan en calificarlo como uno de los monarcas más preparados de la historia.

La abdicación de Juan Carlos I ha llegado para muchos en el mejor momento. Los cimientos que un día levantó se cuestionan cada vez más por los escándalos que rodean a Zarzuela y el cambio, a ojos de la calle, era necesario. «Tengo confianza, se ha educado para eso y está muy formado», detalla Sebastián Salas, un funcionario de 58 años.

Otros muchos no se declaran de forma abierta en contra de la monarquía pero anteponen otras cuestiones al nombramiento de Felipe VI como rey. «Tenemos seis millones de parados. Lo que hay que hacer es ocuparse de los problemas actuales». Es el resumen de Antonio Tirado, uno de los vendedores de almendras característicos de la ciudad. Ubicado en calle Nueva, desde su silla explica el drama que él y miles de personas viven en la actualidad. Su hermana tiene tres niños y su pareja está en paro. «No creo que sea una prioridad darle de comer a la Casa Real en estos momentos», sentencia.

Otros muchos lo tienen claro y no comprenden por qué se ha tomado esta decisión sin consultar al pueblo. «Un rey en un país democrático, ¿qué es eso?, bromea Alberto Villar, un joven de 22 años, ilustrador artístico y diseñador de videojuegos que se opone de manera tajante a la monarquía. «La gente dice «x» y el rey puede decir «y». No debería de existir», explica. Sin embargo, hay otros que no están a favor de la continuidad pero cuestionan las alternativas y tampoco les convencen mucho. Daniel García, un universitario de 18 años, lo tiene claro. Prefiere que continúe Felipe VI con el legado de su padre por una cuestión electoral. «La república sería la solución si pudiera votar pero con este sistema es imposible y el jefe de Estado sería elegido por el actual gobierno», razona. La preparación durante toda una vida del futuro rey juega a favor para este joven. «Es mejor seguir con Felipe VI, que está formado para ello, y no tener a un títere fácilmente controlable», matiza.

Las opiniones son diversas y mientras muchos recordarán el día de hoy como un gran día, para otros será una derrota para la democracia.