­Todavía no existen verdaderos indicios, ni siquiera en las zonas con mayor demanda, que permita fantasear con una reactivación general del sector inmobiliario. Sin embargo, los números, publicados ayer en lo que se refiere a la Costa del Sol por la consultora Tinsa, confirman la predisposición a recuperar la salud de buena parte de las áreas que representaron en la pasada década el puntal del mercado de la vivienda en la provincia. Marbella y Estepona, por ejemplo, han vuelto al crecimiento. Y el resto del litoral ofrece ya signos de estabilidad, sin la tendencia a agravar la caída de las últimas temporadas.

Según explicaron Susana de la Riva y Rafael Jiménez Salas, del equipo de Tinsa, la perspectiva para este ejercicio resulta favorable. Las operaciones está previsto que crezcan entre un 15 y un 25 por ciento en el conjunto de España. Una cantidad que suena a auténtica revolución, pero que pierde fuelle si se tiene en cuenta la falta de pulso que evidenció el mercado en temporadas precedentes.

En su análisis para este curso, los técnicos de Tinsa distinguen la más que presumible estabilización de los precios, aunque alertan de la salida a flote de un nivel de morosidad, empresarial y familiar, todavía latente. La demanda de vivienda nueva, precisan, podría oscilar este año entre las 100.000 y las 110.000 unidades. Las diferencias con la época del boom se aprecian, por ejemplo, en el número de pisos iniciados: 955.000 en 2006 por los 244.000 del pasado año.