La temporada alta, con su aluvión habitual de turistas, no sólo aumenta la demanda de servicios públicos, sino que en muchas ocasiones sirve para visualizar, y, además, con lente de aumento, las carencias con los que conviven los vecinos durante el resto del año. Una de las grandes quejas, en este sentido, es la cobertura sanitaria, que si ya de por sí resulta ajustada, especialmente desde que arrancó la crisis, como se puede verificar en la ratio de cama por habitante, pone más aún en evidencia su falta de recursos durante el verano. El aumento de la población coincide con los recortes en sustituciones, lo que da lugar a un desbarajuste matemático. «No se suelen sustituir muchas de las vacaciones justo en el momento en el que existe mayor demanda sanitaria», señala Francisco Salado, alcalde de Rincón de la Victoria. En la misma línea, se expresa Mario Bravo, concejal de Hacienda en Mijas, que recuerda que la localidad, al igual que la aneja Fuengirola, no cuenta con ningún centro hospitalario. «Nos tenemos que desplazar a Marbella, a pesar de la suma de miles de habitantes de esta época», indica. Los municipios recuerda que la población residente no empadronada también forma parte de los usuarios potenciales de los servicios sanitarios. De nuevo, la ecuación se antoja difícil por la falta de acoplamiento legal entre el censo y la ciudad flotante, que a veces somete a grandes cotas de estrés a las prestaciones.