­Como el vino dulce o el pescaíto frito, los mafiosos y los grandes delincuentes económicos de cuello blanco también son marcas de Málaga. Oficialmente todo el mundo lo niega, pero la Fiscalía General del Estado lo dice claro en su memoria relativa a 2013: este tipo de organizaciones tiene «en esta provincia uno de sus principales centros de actividad».

Tradicionalmente la cercanía de Gibraltar, un paraíso fiscal, el ladrillo y las numerosas urbanizaciones de la Costa del Sol han proporcionado a mafiosos de todo tipo -ha habido operaciones contra las mafias rusa, irlandesa, georgiana, inglesa y por supuesto italiana- un lujoso rincón en el que descansar y ocuparse de sus negocios en un cómodo segundo plano. Cada dos por tres cae un capo de algunas de las organizaciones transalpinas -la Camorra, la N´drangheta o la Cosa Nostra-, y en 2010 se localizó al padrino irlandés viviendo en Estepona y se desencadenó la operación Shovel contra él. Ahora, están de actualidad porque un tiroteo a uno de los supuestos miembros de su banda ha hecho que el hijo del presunto cabecilla de la mafia haya pedido protección policial.

Los ajustes de cuentas, además, son este verano más actualidad que nunca: en los últimos meses ha habido hasta cinco tiroteos, varios de ellos mortales de necesidad. Últimamente, las mafias más activas son las francesas, normalmente dedicadas al tráfico de hachís a gran escala. Se cree que una de estas organizaciones acabó con la vida de uno de los socios del Milady, el club de alto standing de Marbella.

La Fiscalía ha registrado el pasado ejercicio 164 expedientes de cooperación judicial internacional, es decir, peticiones de jueces de otros países para conocer información de algún delincuente posiblemente afincado en la Costa del Sol o con intereses económicos en el litoral malagueño. Este dato es un 29,1% superior al de 2012, con 127. Curiosamente, Valencia ha desbancado a Málaga del tradicional tercer puesto en este dudoso ranking tras subir a las 167 solicitudes. Madrid y Barcelona ostentan las primeras posiciones.

En relación a Málaga, asegura la Fiscalía General del Estado que la actividad de sus compañeros es «singular». «Las solicitudes extranjeras presentan en general gran complejidad al estar relacionadas casi en su totalidad con actividades vinculadas con la gran delincuencia económica y/o con la actuación de bandas extranjeras que tienen, como es bien sabido, en esta provincia uno de sus principales centros de actividad», señala el órgano acusador en el documento.

Anticorrupción

La Fiscalía Anticorrupción tramita actualmente en la provincia 56 procedimientos, muchos de ellos relacionados con grandes tramas criminales mafiosas. Curiosamente, los responsables de la Fiscalía General del Estado se han quejado de que en Málaga se conceden, con cierto automatismo, atenuantes relacionados con las dilaciones indebidas, es decir, con la lentitud judicial a la hora de tramitar los grandes sumarios. Esta crítica del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, se refería a la gran delincuencia económica.

El presidente de la Audiencia Provincial, Antonio Alcalá, asegura que se trata de una cuestión jurisdiccional. «No es cierto que haya un automatismo. Me consta que en algunas grandes sentencias de casos de corrupción se aplica la rebaja de pena por el tiempo que pasa desde que se produce el delito hasta la condena, pero estos casos tardan años y años en tramitarse por la falta de medios en los juzgados de instrucción de la Costa del Sol. Los medios son ínfimos, y la ley prevé eso con las dilaciones indebidas», afirma.

En Estepona, los juzgados están muy saturados y, como mínimo, dice Alcalá, habría que separar las especialidades civil y penal y duplicar los órganos de instrucción, al igual que en Marbella, ya que la primera de las localidades fue escenario del caso Astapa contra la corrupción y la segunda ha sufrido una auténtica pléyade de este tipo de sumarios, siendo los más importantes Malaya, Minutas y los dos Saqueos, ya juzgados.