­Dos días sólo de bocadillo y de nuevo se ha cortado el servicio. Los directores ya creen que lo que pasa en la Junta de Andalucía es una broma de mal gusto. Las clases se reanudaron ayer después de las vacaciones de Navidad pero los centros educativos no recibieron las bolsas de la merienda que prevé el plan SIGA de garantía alimentaria, para evitar que los niños en riesgo de exclusión social sufran malnutrición. Las peores previsiones se han cumplido, ya que los colegios abrieron sus puertas pero no llegaron los alimentos.

Lo peor es la sensación de descoordinación que da el Gobierno andaluz. «Nadie sabe nada», criticaba en la mañana de ayer el director de un centro situado en un barrio deprimido de la capital, que envió a principios de curso, el pasado mes de septiembre, la relación de alumnos de su colegio que cumplen los requisitos para beneficiarse de estas bolsas con la merienda, que en realidad sirven para que todos los miembros de la familia puedan cenar. Mientras los colegios hicieron sus deberes, la Administración autonómica se ha dedicado a echarse la pelota de consejería en consejería.

«Es para ver cómo vienen algunos alumnos de las vacaciones, con signos de no haber comido con normalidad. No se dan cuenta de las situaciones que viven algunas familias», se lamentaba también el director de otro centro. Los niños se fueron a sus casas después del horario lectivo con las manos vacías. Y los docentes sin saber qué decir. «Nos llaman de la Delegación para saber si hemos recibido comida, cuando debería ser al revés», criticó.

En realidad, la Delegación Territorial de la Consejería de Educación en Málaga tampoco sabe bien qué decir. «Estamos a la espera de información concreta por parte de la Consejería», señalaron las fuentes. Todo este plan SIGA se coordina desde Sevilla, y hasta hace poco dependía de Bienestar Social y de Educación.

Las bolsas con la merienda llegaron al final del primer trimestre y durante sólo dos días: el 18 y el 19 de diciembre, justo antes de las vacaciones de Navidad. En una entrevista publicada el pasado domingo por La Opinión de Málaga, el delegado del Gobierno de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, explicó que «esperaba» que este problema se solventara después de Reyes. Los colegios tendrán que seguir aguardando. Una espera que, en el caso de los niños, se hace más dura.