­Desde el fin de semana la ciudad vive inmersa en un «veranillo», con temperaturas propias de la estación estival. Prueba de ello es el récord que Málaga batió el domingo con la temperatura mínima más elevada durante marzo en comparación con la media histórica. Si el mercurio había marcado como más alta 19,4 en los últimos 28 años, el lunes el aeropuerto registró hasta 20,1 grados, según informó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

La estampa de estos días no podía ser otra que la de aquellos que no pueden esperar a que llegue el verano estirando su toalla en plena orilla. El termómetro les dio motivos más que suficientes con unos valores que han rondado los 30 grados de máxima y han permitido disfrutar de jornadas completas con sabor a salitre. Málaga, repleta de gente y tronos, registró ayer hasta 28 grados y mínimas de 19. Hoy se espera una tendencia similar: hasta 26 grados.

Los pronósticos para esta Semana Santa auguraban un anticiclón que haría subir de manera fulminante el termómetro y así está siendo. El sol continuará presidiendo los recorridos de las hermandades aunque las temperaturas descenderán de manera gradual. A partir de mañana se esperan máximas de 22 y el jueves bajará la barrera de los 20 grados y marcará hasta 18 grados en hora punta. El Viernes Santo puede comenzar a nublarse el cielo y las mínimas también descenderán de manera considerable. Durante la madrugada se tendrán entre 10 y 12 grados. La Aemet no contempla que la lluvia pueda estropear los últimos días de esta semana.