­Los accidentes en el ámbito del trabajo están repuntado en Málaga, algo que preocupa enormemente a los sindicatos, que achacan esta subida a la enorme precariedad en los contratos y a un cierto abandono por parte de las empresas en las inversiones en seguridad laboral. Tras seis años de caída continua en el número de siniestros, el 2013 ya marcó una ligera subida en relación al año anterior, que marcó el registro más bajo de la historia reciente (14.725). Este último 2014 ha confirmado el repunte, con 16.332 siniestros y un incremento en torno al 9%, según datos oficiales consultados por este periódico.

Lejos quedan, desde luego, los niveles de los años previos a la crisis, cuando la provincia acumuló máximos en torno a los 30.000 siniestros laborales por ejercicio, los más graves ligados al ámbito de la construcción. Lo cierto es que fue sobre todo la incidencia de la crisis, con la consiguiente salida de decenas de miles trabajadores del mercado de trabajo, la que tiró a la baja del número de siniestros.

En todo caso, la inmensa mayoría de los accidentes en 2014 fueron de carácter leve (el 98% del total), pero en el tema de la siniestralidad cualquier rebrote es motivo de máxima preocupación. La lacra de los accidentes se cobró el pasado año diez víctimas mortales (tres en el sector servicios, dos de la industria, dos de la agricultura y dos más de la construcción, además de un accidente mortal in itinere) mientras que otros 209 siniestros tuvieron carácter grave.

El responsable de Salud Laboral del sindicato Comisiones Obreras en Málaga, Juan Antonio Perles, asegura que el gran problema es que las empresas consideran la prevención como «un gasto superfluo», y más en tiempos de crisis. También critica que muchos empresarios apliquen un modelo de prevención «burocrático».

«Hacen un plan de valoración de riesgos y rellenan los papeles necesarios, pero no se implican en su cumplimiento. El Gobierno ha facilitado este modelo al permitir que las empresas de hasta 50 trabajadores puedan ocuparse por su cuenta de la prevención sin necesidad de contratar una asesoramiento especializado», explica.

Los sindicatos rechazan que la subida pueda justificarse por el aumento de afiliados a la Seguridad Social que hubo el pasado año (Málaga cerró con 512.524 cotizantes, 20.649 más que en 2013). Alegan en cambio que es precisamente el actual modelo laboral, con un gran predominio del empleo temporal y un peso creciente de los contratos por horas, lo que acrecienta el estrés y la fatiga de los trabajadores, contribuyendo al aumento de siniestros.

«Hablamos de malas condiciones laborales, jornadas inadecuadas y personal que no recibe suficiente formación en prevención. Y si te obligan a trabajar diez horas seguidas lo lógico es que te expongas más a sufrir un accidente en tu trabajo o de camino a casa», lamenta la secretaria general de UGT en Málaga, Auxiliadora Jiménez. Los sindicatos añaden que hay «miedo» entre los trabajadores a darse de baja tras un accidente laboral leve por el temor a que los despidan, por lo que acuden a trabajar aún sufriendo dolencias. «Cuanto más precaria es la situación de un trabajador, más difícil es que exija sus derechos», dicen.

¿Cuáles son las dolencias más frecuentes entre las que sí trascienden? Dolores musculares a causa de sobresfuerzos físicos, aplastamientos o caídas, cortes y colisiones son algunas de las principales causas de siniestralidad. El sector servicios -con segmentos claves como el comercio, la hostelería y el turismo-, con el 77% del total de siniestros, es el que acapara en Málaga la mayor parte de la accidentalidad, desde los siniestros que se puedan producir en las cocinas de los restaurantes al estrés de los camareros o los dolores de espalda del personal de oficinas.

Tanto CCOO como UGT denuncian «falta de cultura empresarial» y «carencia de medidas suficientes de inspección y control» ante lo que consideran una tendencia muy peligrosa. «Necesitamos más inspectores que visiten a las empresas y aseguren el cumplimiento de la Ley de Prevención. Sin embargo, en los últimos años sólo hemos visto recortes», apunta Perles. Jiménez añade que la crisis y la reforma laboral no han hecho sino contribuir a que la seguridad laboral se vea entre los empresarios como «algo accesorio».