El peatón ganará importancia en la movilidad de la ciudad frente al coche privado. La reforma del Plan de Movilidad de Málaga, aprobada ayer en la Junta de Gobierno Local, prevé que más de la mitad de los movimientos que se realicen en la capital sean a pie en diez años. Para ello propone reducir la presencia de los coches en aquellos itinerarios que no se consideren metropolitanos o de gran capacidad, implantando las llamadas «Zonas 30» que obligan a circular a una velocidad inferior a los 30 kilómetros por hora.

La reforma del Plan de Movilidad refuerza el papel del peatón, del que considera que en una década protagonizará el 51% de los desplazamientos dentro de la ciudad. En cambio, espera reducir el uso del coche para 2025 a un 14%, frente al 23% actual. El transporte público, la bicicleta y los desplazamientos a pie serán los principales beneficiados de las medidas planteadas por el Ayuntamiento de Málaga para la próxima década.

El primer paso se ha dado con el plan aprobado ayer, que además de establecer unas líneas de actuación generales determina la importancia de las carreteras de la ciudad para el tráfico. La idea es que el vehículo privado circule fundamentalmente por aquellas vías consideradas arterias de importancia dentro del casco urbano o con conexión metropolitana, dando prioridad al peatón en las calles interiores de los barrios.

Esta medida se concretaría con la puesta en marcha de 54 nuevas «zonas 30» en la ciudad, que se repartirían por los principales barrios y se sumarán a las siete existentes. La idea es reducir la velocidad de los vehículos en las calles que tienen un importante uso peatonal y no forman parte de la red básica de la ciudad. Con esta medida se quiere además reforzar la seguridad en esas calles, al tiempo que se penaliza el uso del coche.

Entre las zonas donde se quiere implantar esta limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora destaca Lagunillas, la parte sur de La Malagueta, Echevarría del Palo, Nueva Málaga, Parque del Sur, Martiricos, La Palmilla, Cortijo de Torres, La Paz, Sixto, Guadalmar, Santa Rosalía, Puertosol, Soliva o la Colonia de Santa Inés.

Otra de las medidas que busca favorecer al peatón frente al coche privado es la regulación de los ciclos de verde y rojo de los semáforos, con idea de que primen el paso del peatón sobre el vehículo.

Otro de los elementos sobre los que pivota el nuevo Plan de Movilidad es el fomento del transporte público. La revisión del documento tiene en cuenta la puesta en servicio del metro y alrededor de esta infraestructura plantea una malla de carriles reservados para bicicletas y autobuses, de forma que se potencien los grandes itinerarios para el transporte público.

El plan de trabajo establece un horizonte hasta 2035 para conseguir 100 kilómetros de carril bus, que se irán construyendo por fases y que fundamentalmente establecerán itinerarios Este-Oeste y Norte-Sur para el transporte de personas que cubran toda la zona oeste de la ciudad, donde se concentra el grueso de la población y la mayor parte de los desplazamientos diarios. Además, se propone un carril bus paralelo al cauce del Guadalmedina para unir el norte de la ciudad con el Centro. La zona Este quedaría ajena a estos cambios, ante la poca capacidad de las vías existentes y por tener menos problemas de tráfico.

De forma paralela, se plantean crear una veintena de intercambiadores de transporte aprovechando las conexiones entre las grandes líneas de autobuses con el metro y el Cercanías. Así, proponen tres grandes intercambiadores en la zona Oeste que tengan vocación metropolitana y coincidiendo con la autovía de Campanillas, la autovía A-7 y la MA-21 (antigua N-340), y un cuarto en Ciudad Jardín, en la salida de Málaga por la autovía de Las Pedrizas. Además, establece varios intercambiadores de menos capacidad y que conectan con grandes infraestructuras (aeropuerto o puerto), están en el punto de unión de varias líneas de autobús o con el metro.

La otra gran estrella del Plan de Movilidad son las bicicletas, que reciben un respaldo muy importante en este documento, con la previsión de crecer de un 0,2% de los desplazamientos registrados en 2009 a protagonizar un 9% en diez años.

Los carriles bici formarán parte importante de esta previsión de crecimiento, con la intención de sumar 61 kilómetros más a los 40 kilómetros ya existentes para el año 2020, gracias al convenio firmado con la Junta de Andalucía.

Además, se extenderá de forma paralela la red de aparcamientos y préstamo de bicicletas, hasta disponer de 1.400 bicis disponibles para su uso y un centenar de estaciones de préstamo.

Otra medida es ampliar los aparcamientos habilitados para motocicletas, ya que en la actualidad existen 5.069 plazas. Igualmente, para favorecer la circulación de los vehículos de dos ruedas se plantea la implantación de «avanzamotos» o espacios reservados para éstas por delante de la banda de parada de los semáforos, para garantizar su prioridad en la circulación, lo que ayuda a reducir los atascos.