«Esta es mi segunda casa». Así de claro deja Manuel Narváez su fuerte vinculación con el Real Club Mediterráneo, a cuya presidencia accedió la semana pasada en sustitución de José Agustín Gómez Raggio, que sigue vinculado a la junta de gobierno. Narváez defiende el club y su importancia en la ciudad como promotor del deporte y no se cansa de exponer los proyectos de futuro que se están gestando.

¿Qué le hizo dar el paso a presentarse a la presidencia del club?

Nací aquí, es mi segunda casa y todos los días vengo para hacer deporte. Me aporta felicidad y salud, ya que aquí me libro de los problemas profesionales. El paso lo he dado porque me lo piden los integrantes de la junta, con la que he compartido seis años de trabajo y son mis amigos. Es en un momento en que José Agustín (Gómez Raggio) estaba cansado y con otras ilusiones. Por eso asumo la responsabilidad.

¿En qué situación está ahora el club?

El club está en una buena situación, tanto a nivel económico como social. Tenemos una coordinación total a todos los niveles y estamos preparados para seguir, al menos, otros 140 años más de historia y aportar más éxitos deportivos para la ciudad. Además tenemos proyectos muy importantes en marcha y con mucha ilusión para trabajar en ellos.

¿Qué objetivos se plantea para su mandato?

Queremos terminar la marina, que es un proyecto difícil por el tema económico, aunque en el primer año hemos vendido más del 50% de los atraques y eso nos ha dado cierta tranquilidad. La próxima actuación será el edificio social, que tiene un coste importante, pero se irá acometiendo al ritmo de las ventas de los atraques. Ya hemos hecho la parte náutica, que ha supuesto una inversión de 1,5 millones de euros y con las siguientes ventas de atraques haremos el resto de los edificios, de forma que no suponga un coste adicional para los socios.

¿Cómo van las ventas de los atraques, teniendo en cuenta que estamos todavía saliendo de la crisis?

Las ventas van muy bien. Teníamos cierto miedo e inquietud porque hay que hacer un desembolso importante para comprar una plaza de atraque, pese a que los precios están por debajo del mercado, y hay que pensarlo bien. Además, la marina se hizo en plena crisis y con los peores índices de venta de atraques deportivos en todo el país. Sin embargo, cuando empezamos a vender los atraques no hemos tenido problema y en menos de un año hemos vendido más de la mitad, lo que ha posibilitado que se haya ejecutado la primera fase. Somos muy optimistas.

Sin embargo hubo un grupo de socios con barco en el Club de Botes que no estaba muy de acuerdo con el sistema de venta de los atraques.

Es verdad que un grupo de socios que llevaban varios años en el antiguo puerto deportivo vieron con inquietud que tenían que hacer un fuerte desembolso. Pero el club lo forman 3.000 personas y no parecía lógico que todos pagaran igual para ceder un atraque para uso exclusivo de una persona durante 35 años.

De todas formas, a estos socios se les ofreció un primer plazo de pago en mejores condiciones económicas y muchos lo aprovecharon.

¿Qué plazo manejan para terminar la marina?

La concesión nos da un plazo de cinco años para terminarlo y llevamos doce meses, por lo que tenemos tiempo suficiente para hacerlo. El ritmo de construcción dependerá de la venta de los atraques.

¿Habéis recibido peticiones de compra de atraque de gente que no era del Club?

Hay gente interesada y que no está en el Club, pero tienen que hacerse socios para comprar el atraque, ya que es una condición formal.

¿Hay un tope de socios?

No tenemos tope, aunque lo ideal, para que la gente se sienta cómoda, es no pasar de los 3.300 o 3.400 socios. Ahora tenemos 3.000 y es una buena cifra. Además, tenemos que contar a los 1.300 afiliados que vienen a practicar algún deporte a nuestras instalaciones.

¿La concesión del terreno para el club social está asegurada?

La concesión del edificio está vinculada a que mantengamos la actividad náutica. Si la vela y el remo desapareciera, perderíamos la concesión. Por eso estábamos obligados a pujar por la nueva marina, ya que el Club de Botes iba a desaparecer porque el puerto iba a ampliar la bocana de entrada. Así, cuando llegue el momento de abordar la prórroga de la concesión del club social, no habrá ningún inconveniente.

El remo se mantiene, además de la vela, como otra de las grandes actividades del Club.

Sí, y además con el proyecto de ampliar sus instalaciones al pantano de la Viñuela, ya que ahora no se puede remar en el puerto por el traslado del puerto deportivo. Este es un proyecto interesante y que estará en desarrollo en los próximos años. No obstante, también se han adaptado para remar en el mar abierto con nuevas embarcaciones, lo que enriquece esta sección y atrae a nuevos aficionados.

¿Cuál es la idea que tenéis para el pantano?

Sería construir unas mínimas instalaciones para guardar las embarcaciones, de forma que los socios vayan allí para practicar el remo olímpico, ya que tiene unas condiciones perfectas. Los trámites con la Junta de Andalucía están muy avanzados.