Por estas fechas (junio-julio) de 1972, o sea hace cuarenta y tres años, el director del diario Ideal de Granada, Melchor Sáiz Pardo, encargó al que suscribe una serie de reportajes sobre el turismo y la Costa del Sol. En principio el encargo no ofrecía dificultad alguna: escribir sobre la llegada de turistas, su procedencia, movimientos en el aeropuerto, hoteles, apartamentos, fiestas, llegadas de famosos, inversiones y proyectos aprobados o en fase de ejecución€ estaba a mano porque a diario nos enfrentábamos los periodistas malagueños con noticias relacionadas con el crecimiento diario de la zona.

Pero en los reportajes a escribir con destino a las páginas Ideal, Verano el director me sugirió uno muy concreto: valorar la Costa del Sol en pesetas. El encargo me sorprendió: nunca se me había ocurrido llevar a cabo un trabajo semejante. Era la primera vez que se iba a intentar valorar el litoral malagueño entre Nerja y Manilva.

Cumplí el encargo, y el 28 de junio del citado año de 1972 se publicó el reportaje de marras. Para acreditar su veracidad reproduzco la página en la que apareció.

En el segundo párrafo del citado reportaje decía que la zona comprendida entre los límites de la provincia de Granada y Cádiz, es decir, la costa malagueña, tiene una longitud de 162 kilómetros. En profudidad tienen alto valor en el mercado los cinco kilómetros más cercanos a la costa, es decir, 810 kilómetros cuadrados. Si tasamos en 75 pesetas el metro cuadrado, escribía, que ya es tasarlo por bajo, tenemos que esos 810 kilómetros cuadrados (810 millones de metros cuadrados de terreno), tienen un valor de 6.750 millones de pesetas. Poquísimo dinero. Pero había que empezar por algo.

No voy a entrar en muchos detalles del reportaje. Los terrenos o zonas edificables entonces tenían unos precios que oscilaban entre las 40 pesetas el metro cuadrado y las 32.400 pesetas, que en aquellos tiempos se alcanzaron en Marbella. Naturalmente de los 810 kilómetros cuadrados de la superficie total fui eliminado los kilómetros no edificables, como las carreteras, caminos, cauces de los ríos, playas, pantanos, zonas forestales, vías ferroviarias, estaciones de autobuses, zonas verdes, instalaciones deportivas, campos de golf, etc. Al final, y siendo muy cautos en la valoración, los espacios o lugares destinados a la construcción tenían un valor de 100.000 millones de pesetas.

La valoración se limitó al suelo. Las inversiones realizadas en la Costa del Sol durante los últimos veinte años (de 1952 a 1972) quedaron al margen, tales como las inversiones realizadas en la construcción de vivendas, hoteles, chalés, apartamentos€

En 1962, según relataba en mi reportaje, la iniciativa privada había invertido muchos miles de millones en esas actuaciones, como los hoteles con un total de 30.000 camas, otras 70.000 plazas extrahoteleras, urbanizaciones, campos de golf€

Cada cama hotelera, según datos fiables, tenía un coste de 400.000 pesetas, las extrahoteleras costaban un poco menos, unas 350.000 pesetas€ y así sucesivamente.

La reacción esperada

Era consciente de que la publicación iba a ser discutida: valía mucho más; el menos lo descartaba porque en aquella época las inversiones iban creciendo, surgían nuevas urbanizaciones, se levantaban nuevos hoteles, las zonas privilegiadas se cotizaban al alza sobre todo por la presencia de los saudíes, kuwaitíes y de otros países ricos en petróleo y gas natural. El metro cuadrado en el término de Marbella, Benahavís, Estepona, Mijas, Torremolinos, Nerja, Torrox€subía como la espuma. Todo iba a más. Nunca a menos.

Lo que nadie discutía era la novedad u originalidad del reportaje.

Precisamente el 2 de julio del mismo año -cuatro días después de su publicación- Sol de España publicaba un largo artículo titulado El valor de la Costa. Unos cálculos que se han quedado cortos en el que el autor señalaba que «valorar terrenos de la Costa del Sol es tan difícil como medir el aire o hacer un círculo cuadrado». No fue la única reacción. Si hoy un colega de la prensa de Málaga se atreviera a hacer una valoración de nuestra costa, con los miles de millones convertidos en euros, correría los mismos riesgos que yo afronté en 1972. Sin embargo animo a cualquiera de mis jóvenes compañeros de profesión a que lo intenten. Seré el primero en felicitarlo.

780.000 personas

Dentro de aquella serie de Ideal Verano publiqué varios reportajes más, uno de ellos dedicado a las personas que se alojaron en los hoteles de Málaga-Costa del Sol el año anterior, 1971. Los datos oficiales referidos a Málaga capital y a las zonas oriental y occidental arrojaron un total de 779.488 personas, de las cuales 591.297 eran extranjeras y 188.191 españolas. El 37,6 por ciento eligieron Torremolinos. Se consideraban unos datos muy positivos y prometedores con vistas al futuro.

Diez millones

El pasado mes de enero en La Opinión se publicaron datos estadísticos referidos a 2014. Informaba de que la Costa del Sol cerró el ejercicio con más de diez millones de turistas. En cuarenta y tres años hemos pasado de los 780.000 turistas a ¡diez millones! Y las previsiones van en aumento. ¿Cuál es el techo? Estamos en el mismo caso de la valoración en euros de la Costa del Sol: imposible acertar.

Aeropuerto

El movimiento de pasajeros en el aeropuerto va creciendo de forma espectacular. Sigo en el mismo año de la valoración de la Costa del Sol y número de turistas, en 1971. En ese año se batieron todos los récords de viajeros y vuelos: 2.059.767 pasajeros y 34.291 vuelos. En 2014, cerca de trece millones de pasajeros, y 108.263 vuelos.

Ojén

Curiosamente, en el Plan de Promoción Turística de la Costa del Sol, aprobado por el Consejo de Ministros el 22 de noviembre de 1968 -dos años antes de la fecha de los reportajes que escribí- el municipio de Ojén, que está a un paso de Marbella, no figuraba en el Plan de Promoción; sin embargo se incluyó Parauta que está en plena Serranía de Ronda. La única razón para figurar entre los elegidos fue porque en su término municipal se encontraba la urbanización La Nava de San Luis, con una superficie de casi mil hectáreas, más de la cuarta parte del municipio.

Y lo que son las cosas, en 1968, Ojén no contaba para los autores del Plan de la Costa del Sol, y hoy, en 2015, según el periódico británico The Times, figura entre las cincuenta mejores ciudades del mundo para vivir. Claro que cuando yo fui la primera vez a Ojén en mil novecientos cincuenta y tantos para hacer un reportaje, a la hora de comer algo porque mi estómago reclamaba con urgencia alimento, en el único bar del pueblo, sito en la plaza principal, la oferta para acompañar una cerveza del tiempo o una copa de vino de Valdepeñas era pan pringao, o sea trozos de pan empapados en un salsa elaborada con asadura y cebolla. Me supo a gloria porque era lo único que podía servirme el propietario del establecimiento.

Hoy Ojén tiene hasta un museo, Julio Iglesias posee una mansión, personajes de la crema lo prefieren a Marbella€

En una de aquellas entrevistas del Plan de Promoción de la Costa del Sol (año 1968) el alcalde de uno de los municipios afectados tenía tan poco don de palabra para responder a mis preguntas€ que fue el secretario del Ayuntamiento el que le «dobló», como en las películas. La serie fue distinguida con el Premio Málaga-Costa del Sol (modalidad Radio) en 1970. La serie se componía de trece reportajes. Yo no era, ni soy, supersticioso. Total, 40.000 pesetas y una cena homenaje.