El transitar de las hormigas no cesa. Desde el pasado 5 de agosto, los vecinos de Parque Mediterráneo, barriada perteneciente al distrito de Carretera de Cádiz, sufren una molesta plaga. «La única respuesta que hemos recibido desde el Ayuntamiento es el silencio», comenta a La Opinión la presidenta de la Asociación de Vecinos Nueva Realidad, María José García, quien sitúa el foco de la plaga en la calle Victoria Mérida y Piret.

«Hay muchas hormigas. Cuando contactamos con el área de Plagas nos dijeron que no podían hacer nada porque las hormigas no suponen un riesgo para las personas, como puede ser el caso de las ratas o de las cucarachas. Así que recurrimos al teléfono de servicios. Y aún estamos esperando», señala.

«Lo que solicitamos es una actuación rápida para las hormigas. Creemos que lo mejor sería un baldeo en la calle, pero con detergentes e insecticidas en el agua para eliminarlas, porque entran en todo tipo de establecimientos, en parques infantiles y, lo peor. están entrando en la cocina del centro ciudadano. De ahí pasan al bar, y eso es insalubre», explica.

En relación a esto, los empleados del centro ciudadano confirman la presencia de estas hormigas y explican que tienen un serio problema de higiene: «Tenemos que tener mil ojos con ellas y barrer cada día, porque se cuelan en todos los rincones y, como comprenderán, no podemos servir un plato con una hormiga dentro». «La ventana está mal colocada, se cuelan por ahí para acceder a la cocina. Estamos atados porque si echamos algún producto corremos con todas las responsabilidades», añade la cocinera.

En los establecimientos cercanos también se encuentran cada día con el mismo problema. «Limpiamos toda la zona de hormigas y echamos productos para desinfectar y para eliminarlas. Es un coste que no tenemos porqué asumir», comentan los dueños de una tienda de animales.

Las hormigas tan solo son la punta del iceberg de un conflicto que desde hace años mantienen el ayuntamiento malagueño, la asociación de vecinos y la mancomunidad, que según cuenta María José contrató un servicio privado de limpieza «sin necesidad», ya que «las calles son públicas» y los costes los tiene que asumir «el ayuntamiento, no los vecinos».

El personal contratado realiza las labores de limpieza a diario, por lo que cuando llegan los operarios del Ayuntamiento «se encuentran el trabajo hecho y lo único que hacen es vaciar las papeleras», señala María josé, que insiste en que el baldeo con productos desinfectantes y la erradicación de la plaga de hormigas «le corresponde al ayuntamiento y no a los vecinos», porque son vías públicas.

«La mancomunidad quiere mantener esto de por vida, y nos perjudica al resto, que no queremos pagar por algo que le corresponde al ayuntamiento. Raúl Jiménez, concejal de Medio Ambiente, dice que no baldean porque desde la mancomunidad le amenazaron con denunciarle una vez que quisieron operar en el aparcamiento. Es algo que no tiene sentido, y que me gustaría que me demostrase, porque a mi me dicen desde la mancomunidad que es mentira, y cuando le pregunté a Raúl por segunda vez me cambió el discurso» comenta la presidenta de la asociación. De esta forma, y mientras no se le ponga fin al conflicto, las hormigas seguirán trepando.