­Dos pacientes han denunciado en el Clínico la existencia de un «topo» que estaría utilizando indebidamente los datos de los pacientes que acuden al servicio de Urgencias de este hospital y cuya vida corre peligro. No se descarta que pudiera ser algún empleado del propio hospital quien facilitara a una funeraria los datos de determinados enfermos y los de sus familiares para ofrecerles servicios fúnebres ante el posible deceso del paciente.

Hace una semana Pepe Subires y sus hijos se llevaron el susto de sus vidas. Habían acudido a la caída de la tarde a las urgencias del Clínico porque su mujer, María José Arroyo, se estaba asfixiando. Cuando llegaron al hospital los médicos que la atendieron le comunicaron la gravedad de su estado. No obstante, le dijeron que harían lo imposible por ella.

«A la 01.17 de la madrugada recibí una llamada mientras esperaba con mis hijos en la sala de espera. Era un número oculto, pero lo cogí», relata el hombre, que sigue sin dar crédito a lo que le ocurrió. «Una telefonista me preguntó si era familia de mi mujer y, cuando le dije que sí, quiso saber cuál era mi empresa de seguros funerarios», relata el hombre, que señala que se puso muy nervioso ante esta llamada que no terminaba de entender. «Yo me llevé un mal rato, le dije que qué me estaba pidiendo, que qué me estaba diciendo», cuenta el hombre. «Entonces me dijo que unos compañeros se pasarían para hablar conmigo. Y me colgó», relata.

Pepe Subires y sus hijos fueron a todos los mostradores del hospital preguntando por María José. «Los médicos nos dijeron que estaba en Observación, que estaba viva», señala aún afectado Pepe Subires. «Me da la impresión de que aquí hay -en referencia al Clínico- algunos lobos deseando que alguien se muera para ofrecerles servicios funerarios», alertaba el hombre a La Opinión, mientras recordaba que hoy día no es tan habitual que alguien tenga uno de estos seguros, motivo por el que cree en la existencia de un «topo» en el centro sanitario que tiene pactado con alguna compañía funeraria que le comunique los posibles decesos.

Para Pepe Subires lo más sangrante no es sólo que dieran por muerta a su mujer y con ello le provocaran un gran disgusto, sino que alguien tenga acceso directo al historial de su esposa y a los datos de sus familiares, como su teléfono. Tras el revuelo organizado en la madrugada del viernes pasado no recibió más llamadas ni tampoco la visita de los trabajadores de la funeraria, tal y cómo se excusó la telefonista que le llamó desde el número oculto ante la equivocación. A pesar de que esto les ocurrió en el Clínico, no responsabilizan al hospital, sino a alguien que pudiera trabajar en él y que podría estar lucrándose con información sobre personas que entran en delicado estado de salud y de la fragilidad de sus familiares en los momentos iniciales tras el fallecimiento de un ser querido.

La mujer de Pepe Subires no sólo no murió, sino que ayer esperaba los resultados de una prueba médica para ver qué ocasionó que un simple resfriado le cerrara los pulmones y le produjera la asfixia que casi acaba con su vida. El sábado, cuando María José Arroyo ya estaba mejor, su marido se decidió a poner una reclamación en la misma puerta de las Urgencias.

En el documento -al que ha tenido acceso este periódico- relata lo acontecido pidiendo explicaciones ante semejante hecho. Cuando entregó el papel del libro de sugerencias, la persona que lo recogió le advirtió de que el viernes -sólo unas horas después de la llamada desde el número oculto- otra persona se había quejado por escrito por el mismo motivo. Le comunicaron que en un plazo máximo de 15 días tendría una respuesta.

Fuentes del centro sanitario informaron ayer de que el área de Atención a la Ciudadanía del hospital tiene constancia de dicha reclamación, efectuada el pasado sábado 17 de octubre. «Como suele ser habitual en estos casos, el hospital ya ha iniciado los trámites oportunos para esclarecer los hechos denunciados por la familia, que será informada en tiempo y forma, tal y como se establece en este tipo de procedimientos administrativos», señalaron las fuentes.