­La campaña que han emprendido los grupos municipales del Ayuntamiento por aligerar las sesiones de pleno y conseguir que se acorten de modo que pasen de ser maratonianas a de medio fondo tendrá, como en las carreras de atletismo, incluirá un testigo implacable para ayudarles a recortar su verborrea u oratoria y decirles, sin palabras pero de manera perentoria, que el tiempo (de hablar) se le acaba.

El salón de plenos dispondrá el año próximo de una pantalla, ¡de plasma, por supuesto¡, que tendrá funciones de cronómetro para medir el tiempo de intervención de cada representante municipal y le irá indicando los minutos o segundos que le quedan en el uso de la palabra.

Se trata de que no ocurra lo que en el último pleno cuando el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se excedió en el uso de la palabra y la portavoz del PSOE, María Gámez, le recriminó. De la Torre se excusó diciendo que no tenía un marcador que le advirtiera del tiempo que llevaba hablando.

Pues bien, eso se va a acabar y ni el alcalde ni ningún concejal tendrán ya excusas para pasarse de su tiempo pues un chivato llamado cronómetro se lo hará saber.

La instalación de la pantalla con cronómetro no será inmediata. Forma parte de un plan de renovación de los sistemas de grabación y captación de imagen y sonido para el salón de plenos para adaptarlo a las nuevas innovaciones que existen en este campo.

Habrá por tanto un nuevo y más moderno sistema de cámaras en el salón de plenos para permitir su transmisión incluso por la televisión municipal y en el mismo paquete se implantará la pantalla de plasma con cronómetro para advertir a los políticos díscolos de que se están quedando sin tiempo y que corten el rollo, como diría un moderno.

Todo ello ayudará a aliviar los tiempos y, dado que ahora los plenos se transmitirán por la tele, es menester que los concejales aprendan moderación, aunque sea por la fuerza de un cronómetro.