­Los 250 trabajadores que forman parte de la plantilla del Hospital Doctor Pascual de Málaga están intranquilos en lo que respecta a su futuro a consecuencia del fin del convenio de concesión de servicios entre el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y el grupo sanitariofin del convenio. Según información a la que tuvo acceso La Opinión, el 95% de la actividad de este hospital eran derivaciones del SAS, que durante veinte años ha concertado en Málaga servicios con este centro sanitario. Desde el 1 de noviembre la actividad es prácticamente nula y apenas quedan pacientes en las habitaciones, sólo aquellos que ya estaban ingresados y que están pendientes de alta. De hecho, un paciente informó a este periódico de la cancelación de una intervención quirúrgica concertada con el SAS precisamente por el fin del concierto. Ahora deberá ser reprogramada, con la consiguiente suma de espera.

El pasado 31 de octubre concluyó el concierto vigente desde marzo, por el que este hospital prestaba servicios a la Consejería de Salud para aligerar las listas de espera públicas, fundamentalmente las referentes a consultas, pruebas diagnósticas y cirugías. Según ha podido saber este periódico, el grupo Pascual no se presentó al concierto -del que finalmente han resultado adjudicatarios el Hospital CHIP, el centro asistencial San Juan de Dios y la Clínica el Pilar- a consecuencia de las condiciones de los pliegos, que pasaron, según relatan, de un «concierto de disponibilidad asistencial» a «concierto a demanda», lo que dejaba en el aire parte de los puestos de trabajo y la propia calidad de la asistencia.

A pesar de no haberse presentado al concierto, ni en esta provincia ni en las otras en las que Pascual dispone de hospitales, todos ellos concertados, el grupo sanitario ha estado negociando con el SAS retomar la actividad, pero el miércoles se rompió el diálogo. El motivo, según confirmó UGT, obedecía a que Salud sólo quería concertar servicios con la mitad de los hospitales de Pascual. En concreto con aquellos que prestan servicios de urgencias, todos ellos en la provincia de Cádiz: el Virgen del Puerto, en El Puerto de Santa María, el Virgen del Camino, en Sanlúcar de Barrameda, y el Virgen de las Montañas, en la localidad de Villamartín. Es decir, no quería los servicios del Hospital Pascual de Málaga, ni del San Rafael de Cádiz o la Blanca Paloma de Huelva. La negociación, que según las fuentes ha sido dura, acabó con la ruptura de las conversaciones ya que el empresario José Manuel Pascual -propietario del grupo hospitalario- quería concertar los servicios de los seis centros sanitarios.

La historia de desencuentros entre el SAS y el grupo Pascual se remonta a 2014, cuando finalizó el concierto de cuatro años que la Junta decidió prorrogar de manera unilateral por razones de interés público al no ponerse de acuerdo en las cantidades económicas a abonar. Meses después, lograron llegar a un acuerdo y el Consejo de Gobierno autorizó a Salud a llevar a cabo el expediente de gasto.

«Los comités seguimos pidiendo un concierto de disponibilidad asistencial de cuatro años para los seis hospitales con el valor de 2011», señalaron desde el comité de empresa de Málaga, que prevé un calendario de movilizaciones en los próximos días ya que desde que comenzó noviembre ninguno de los seis hospitales tiene pacientes del SAS.

El hospital Pascual siempre se ha llevado el grueso de los conciertos. De hecho, sólo en 2013 realizó más de 3.400 ingresos, atendió 27.200 consultas externas, dio 6.500 sesiones de rehabilitación, se hicieron 20.000 estudios radiológicos y pruebas diagnósticas y en sus quirófanos se operó a más de 7.000 pacientes.

Este periódico trató de ponerse en contacto con la empresa José Manuel Pascual Pascual en vano, mientras que desde Salud declinaron hacer nuevas declaraciones. El sindicato UGT recordó que ya en septiembre había transmitido al consejero de Salud, Aquilino Alonso, su preocupación por la situación en la que se encuentran los trabajadores de los hospitales ante la falta de acuerdo de renovación de los distintos conciertos con el SAS y ante el peligro de que más de 2.000 trabajadores de toda Andalucía se queden en el desempleo.