Casi el 40% del metro de Málaga está ya en manos de capital extranjero tras la adquisición de las acciones de Cajamar, Sando y Azvi a manos de dos fondos de inversión, el australiano Macquarie y la sociedad de capital riesgo francesa InfraVia.

El acuerdo se anunció el pasado mes de septiembre, aunque ha tenido que superar varios trámites y plazos de oferta al resto de accionistas, con derecho preferente de compra. Tras saldarse sin nuevas ofertas, estos dos fondos de inversión se convierten en los primeros accionistas de la sociedad concesionaria del metro, puesto en marcha de forma parcial hasta el intercambiador El Perchel-María Zambrano en julio de 2014.

Cajamar ha vendido la participación del 18,86% que tenía en la sociedad Metro de Málaga, mientras que Cointer, una filial del grupo Azvi, ha vendido un 11,96% y Sando, su 8,57%.

Estos movimientos se encuentran dentro de la línea de desinversión de las entidades financieras y constructoras en empresas que no forman parte de su actividad primigenia, con idea de buscar liquidez.

Macquarie ha manifestado su «satisfacción» por invertir en el «proyecto más icónico» de Andalucía, «junto a socios locales e internacionales de primer nivel». El grupo australiano es una multinacional de servicios financieros, bancarios y de gestión de fondos, presente en 29 países.

InfraVia ha expresado su voluntad de contribuir a que este sistema de transporte preste «un servicio fiable y de calidad en una región en crecimiento»

Queda por cerrar la entrada de otros tres inversores extranjeros, aunque en este caso será mediante la adquisición de Globalvía, sociedad de FCC que controla el 15,30% de las acciones de Metro de Málaga y que está en proceso de venta a tres fondos de pensiones extranjeros: USS (Gran Bretaña), PGGM (Holanda) y OPTrust (Canadá).