­Fue, junto a las agencias de viaje, y, en cierto modo, por razones parecidas, el último ala del turismo en sobreponerse a los rigores de la crisis. Hasta el punto de que lo que en los hoteles sonaba como un periodo de ajuste, aquí acabó colándose con honores sombríos, llevando a la quiebra a decenas de empresas, la mayoría, de capital local. Sin embargo, todo eso ha quedado felizmente en el olvido. La racha de la que actualmente disfruta el conjunto de la industria, con récord de turistas en el horizonte, ha acabado por contagiar a los rent a car, que, por segundo año consecutivo, empiezan a recobrar el aliento. Tanto como para poder decir adiós, incluso definitivamente, a una de las etapas más críticas de la historia del sector.

Según informa Ana María García, presidenta de Aesva, asociación que engloba a las compañías de alquiler de coches a nivel regional, el negocio ha reflotado. Y aunque siguen en pie algunas de las amenazas que más han angustiado en todo este tiempo a los empresarios, las sensaciones no dejan lugar a la interpretación: lo peor no sólo ha pasado, sino que ha dado pie a unos resultados que ya permiten hablar -y con consistencia- de cambio de tendencia. E, incluso, de vuelta a las ventas y la rentabilidad.

En plena temporada alta, las previsiones apuntan a un ligero incremento respecto a 2015, que concluyó a su vez superando en cuanto a demanda al año anterior. De la mano del turismo -principalmente internacional- se recupera la clientela. Y, además, con un perfil de gasto que poco o nada tiene que ver con la política de regateo y contención que definía hace un lustro al cliente. «Ahora no siempre se busca lo más económico. Se vuelve también poco a poco a la exigencia, a la búsqueda de calidad», señala.

El resurgir de la industria de la locomoción está íntimamente vinculado, de acuerdo con Ana María García, con dos fenómenos: el auge, ya referido del turismo, y la flexibilidad de los bancos, que, si bien todavía de manera tímida, han comenzado a abrir el grifo, lo que supone un alivio para las cuentas de las agencias. Ya el pasado año, y favorecido por la misma tónica, el sector se vio con la suficiente autoestima y fortaleza como para hacer una gran inversión en la renovación de su flota de automóviles. Más de un millar de coches fueron adquiridos en apenas menos de cuatro meses. Un ritmo que deja entrever que la actividad afronta el curso con el ánimo restablecido y mayores dosis de confianza frente a los retos del futuro. «Los buenos resultados del verano parece que van a seguir en septiembre. Las reservas están llegando. Ojalá que el invierno continúe por la misma dirección», detalla.

Ana María García tiene muy clara la fórmula para incrementar la clientela. Y a la calidad del servicio añade una variable que casi siempre se manifiesta de manera directa en los balances: las conexiones aéreas del aeropuerto. De hecho, buena parte de los movimientos de la Costa del Sol se fraguan en las oficinas situadas junto a la terminal, que es uno de los puntos candentes de venta de Andalucía -a nivel general, la provincia mueve más del 70% del tráfico en coches arrendados de la comunidad-.

A pesar de la nueva tendencia, la representante de Aesva no se fía y hace un llamamiento al conjunto de la industria. Especialmente, para que los resultados no induzcan a la apatía. En este sentido, recuerda que buena parte de los nuevos turistas que este año han elegido la provincia lo han hecho después de que primera opción se viera truncada por los problemas de seguridad que sufren países como Túnez, Egipto o Turquía. «Debemos estar alerta y trabajar para fidelizar a todos esos viajeros», reseña.

La continuidad en los buenos resultados es esencial para un negocio que en los últimos años, y simultáneamente a la crisis, ha tenido que asumir un complejo proceso de remodelación. Sobre todo, por la irrupción de internet y de las agencias low cost, que rompieron el mercado al introducir sus precios. Ana María García, en cualquier caso, no tiene miedo. «Las tradicionales ofrecemos servicio. Entendemos que somos el primer punto de contacto del turista con el destino y actuamos en consecuencia. Ofrecemos calidad», dice.