El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maetzu, está estudiando el caso de la familia malagueña España Badía, que necesita una plaza específica en una residencia para su hijo Juan Carlos, que padece un trastorno del espectro autista. Según publicó el pasado 8 de enero La Opinión, esta familia se confiesa «desesperada» al temer la llegada del mes de junio, cuando su hijo acabará su formación en un centro de Guadix (Granada) al cumplir los 21 años. Entonces, volverá a vivir a casa, donde sus padres temen la convivencia ante las crisis que padece su hijo a consecuencia de sus problemas para comunicarse con ellos, lo que ha llevado a que la policía acuda en más de una ocasión alertada por los vecinos o las unidades de emergencia sanitaria.

Así, la madre de este joven, Ana Badía, decidió ponerse en contacto con el Defensor del Pueblo, al que envió una copia del reportaje de denuncia y el parte médico en el que se reflejan los problemas de su hijo Juan Carlos, con el objeto de que este les ayude a conseguir una plaza residencial en algún centro andaluz.

Badía acude de manera mensual a la sede de la Delegación de Políticas Sociales para solicitar este recurso, así como una ayuda económica por la ley de Dependencia. «Siempre me dicen lo mismo, que no hay plaza», se lamenta la mujer, que no entiende cómo no tienen una ayuda económica puesto que su hijo está valorado como grado tres, es decir, como gran dependiente. Este joven, que pesa más de 100 kilos, tuvo problemas en el parto, lo que le ocasionó una discapacidad del 89%.