El Ayuntamiento de Málaga ya cuenta con las firmas de los vecinos del entorno de El Ejido y Capuchinos para que la empinada calle Cuartel de Caballería, que enlaza Dos Aceras con la calle San Millán, tenga una escalera automática que salve la pronunciada escalinata de la calle.

«Es una iniciativa bastante buena, puede ser muy cómoda para los vecinos del barrio que, viviendo tan cerca del Centro, se encuentran con esta barrera y no pueden bajar», explica Javier Roji, de la panadería Nuestra Señora de la Victoria. Javier añade que «tanto personas mayores como discapacitadas o con carrito de niños chicos tienen problemas y mucha gente no puede hacer la compra en el mercado porque no pueden luego subirla a casa».

La petición vecinal, señala este panadero, recuerda que no se trata de ningún capricho y que ya hay muchas ciudades españolas que cuentan con escaleras mecánicas para salvar grandes pendientes. Es el caso de ciudades como Santander, Vigo, Baracaldo o Portugalete, entre otras muchas.

Uno de los más asiduos de la escalinata de la calle Cuartel de Caballería es el profesor de la UMA, el historiador Víctor Manuel Heredia, que, antes de iniciar el descenso por ella, explica que «todo el mundo, cuando sube, llega con la lengua afuera, sobre todo en verano. Se ve la gente exhausta porque antes ha tenido que subir por la calle Dos Aceras, que también es cuesta».

Víctor Manuel Heredia señala además que «un poco de ejercicio no puede hacer mal pero hay quien no puede, tiene un carrito o le cuesta la vida subir, y eso funciona como un aislamiento que, mentalmente, funciona; realmente tú ves que estás a 200 metros del Centro pero estás mucho más lejos por la dificultad».

En este sentido, Javier Roji destaca que «hay muchas familias que se ven limitadas a vivir en esta calle, San Millán, por la escalera».

Remedios González, vecina de la calle, recuerda que la alternativa es bajar la calle Refino, con unas aceras tan resbaladizas que le obligan a ir andando por la calzada. A Remedios, que comenta que la han operado cinco veces de la espalda y dos de la rodilla, le «encantaría» poder contar con una escalera mecánica. «Soy de la opinión de ponerla, tengo un marido camionero, me he recorrido España cincuenta veces y he visto muchas escaleras mecánicas en muchas ciudades». Eso sí, pide que si finalmente se instala los malagueños la cuiden.

Para Javier Roji, bastaría con una escalera de un metro de ancho y con un sensor de movimiento, «y no creo que necesite mucho mantenimiento».

Un portavoz municipal respondió el viernes que Urbanismo deberá dar una respuesta a los vecinos con un informe técnico. En todo caso, informó de que el Ayuntamiento ya descartó una rampa peatonal, por demasiado pronunciada. En todo caso sí destacó que la plaza en mitad de los dos tramos de escalinata es accesible por la vecina calle Carrión y la plaza de Rosa Chacel.