Cuando Miguel Ángel Heredia se detuvo ayer martes ante la nube de periodistas que le estaban esperando en el pasillo del Congreso, la expresión que dibujaba su rostro permitía imaginar que algo no iba del todo bien. El de Mollina tiene cara de buena gente. Afable. Más bien redonda. No afilada. Sonriente por lo general. Es cercano en el trato. Ayer no lo fue tanto. Si se levantó por la mañana pensando en que por la tarde iba a abrir telediarios y periódicos, seguramente habría sido debido a algunas de sus valoraciones sobre los Presupuestos Generales del Estado, cuya aportación a Andalucía y Málaga sonaron un poco a cachondeo.

Pero su desdicha comenzó a primera hora, cuando empezaron a correr como la pólvora unas declaraciones suyas, realizadas el 20 de noviembre en un acto organizado por las Juventudes Socialistas, en las que Heredia arremete duramente contra Pedro Sánchez, el propio PSC, Podemos y muchos más. En el audio difundido por El Mundo, el número dos del PSOE en el Congreso muestra un amplio despliegue de ideas que, escuchadas así, con el cuerpo en frío, la verdad es que sonaban a basura removida por la lucha de poder que se está librando en el PSOE. No es casualidad que estas filtraciones salgan ahora, a los cinco meses de su grabación, pero eso no quita que tanto el tono empleado como el contenido comprometen a un Heredia que ayer parecía tocado: «Nuestro adversario es el Partido Popular, pero nuestro enemigo es Podemos». «Tenemos que atacar a la cabeza de Podemos, que se llama Pablo Manuel Iglesias». O sobre la relación que debía mantener el PSOE con el PSC: «El PSC que se encargue del PSC y nosotros del PSOE». «Yo he dicho, y a ellos no les gusta nada, que hay que disolver el PSC, y poner PSOE-CAT». U otras en clave más interna cuando asegura que tiene que lidiar con un grupo parlamentario «endiablado» o cuando llama «hijaputa» a la diputada «sanchista» Margarita Robles.

División interna. Declaraciones de trazo grueso que le llevaron a pedir perdón al constatar la que le venía encima. «Fue un calentón y, cuando uno se equivoca, lo mejor es reconocerlo», afirmó Heredia, además, que «nunca debió efectuar estas declaraciones».

Con la llegada de los smartphones se ha abierto la posibilidad de grabar a cualquiera y sin dar mucho el cante. ¿Cómo es posible que los políticos no se hayan percatado de ello y dosifiquen unas palabras que el día de mañana se pueden volver en su contra? Los defensores de incautar los móviles se levantaron con más peso, pero para Heredia esa lección llega demasiado tarde. Si ya resultaron insoportables para algunos las declaraciones, la cosa no se quedó ahí.

El secretario general de los socialistas malagueños siguió hablando. Y no lo hizo en bajito. A los jóvenes de Cortés de la Frontera todavía le quedaba por saber cómo se enteró por los sindicatos del pacto al que habría llegado Sánchez para convertirse en presidente del Gobierno con la ayuda de los independentistas: «A mí me llama Toxo». Y entonces hubo que «paralizar lo que había que paralizar».

El propio líder de CC.OO se encargó de desmentir esta conversación y retó a Heredia a mostrar el registro de la llamada, además de tachar sus palabras de «insidiosas, torticeras y mentirosas».

La presión a la que se vio sometido Heredia, que ya no dio señales de vida en todo el día, fue creciendo con cada dirigente socialista que le afeó sus palabras. Micaela Navarro sostuvo que Heredia no estuvo «muy afortunado», a la vez que aseguró que le resultaba muy «chocante» que estas filtraciones salieran a la luz en este momento.

Heredia tuvo que pasar otro mal rato en la reunión de ayer del grupo parlamentario, donde los diputados «sanchistas» Odón Elorza y Zaida Cantera intentaron que les dieran la palabra para pedirle explicaciones. No obstante, Elorza se dirigió a él para preguntarle si se «ratificaba» en esas palabras, a lo que el malagueño respondió que ya había pedido disculpas ante la prensa. Fue la asturiana Adriana Lastra, coordinadora de la candidatura a las primarias de Sánchez, la que pidió públicamente que dimita por «mentir», «difamar» y «faltar al respeto» con sus afirmaciones, lo que le sirvió también para decir que con la grabación a Heredia, «hombre de confianza» de Susana Díaz en el Congreso, queda demostrada la «conspiración» contra Pedro Sánchez para darle el Gobierno «a la derecha».

Margarita Robles, que también fue nombrada por Heredia, sentenció que el «modelo» que representa, en alusión al secretario general de los socialistas malagueños, «no es bueno para el PSOE». A falta de conocer con exactitud el coste político que tendrá que pagar Heredia, Patxi López dejó claro que «solo he tenido un enemigo en política, que es ETA».

Y a última hora de la noche de ayer, la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, que hoy estará con Heredia en Marbella, manifestó no comparte este tipo de manifestaciones y qusio dejar claro que ella lleva meses trabajando «por recuperar la fraternidad entre los compañeros, el respeto, y pidiendo además que se respete a todos los compañeros, opinen como opinen».

La división en el PSOE también llegó por la tarde a Málaga con las primarias del 21 de mayo como telón de fondo. El alcalde de Cártama, Jorge Gallardo, firmó el cese de un concejal de su propio partido y de un asesor, quienes habían manifestado su apoyo a Susana Díaz.