Una sonrisa como el legado entero de una provincia. Por más campañas que se inventen, ninguna logrará tener el impacto que alcanzó la lucha heroica de Pablo Ráez. Siempre Pablo Ráez. Su nombre fue el más nombrado y recordado durante el transcurso del Día de la Provincia. Ayer hubiera cumplido 21 años. Lo recordó su padre, Francisco. Cordobés de nacimiento, aseguró que su hijo ha hecho que se sienta más malagueño. Fue esa la otra pata. Los números están ahí. Un incremento del 1.300% en donaciones de médula gracias a su campaña por redes sociales. Pero también era el amor sin complejos que profesaba por esta tierra. Lo recordó su padre y se evoca aquella imagen icónica: plumón con las insignias del Málaga envolviendo un cuerpo castigado por la medicación. Es fácil imaginarse a una persona derrumbarse cuando te agarras a la verja de la vida, pero las cosas no han ido bien. Pablo, sin embargo, en su línea. Un estallido de positividad y ganas de seguir adelante con la vida. Cada entrada en Instagram, un nuevo grito de pasión por la vida. «Pablo simboliza mejor que nadie lo que queremos que sea Málaga: valiente, luchadora, alegre, optimista, solidaria, altruista y fuerte», resumió el presidente de la Diputación, Elías Bendodo.

«Es como un plan perfecto. Que el Día de la Provincia, que coincide con su cumpleaños, se le reconozca con esta medalla nos llena de orgullo», aseveró su padre. En realidad, a partir de ahora, será así cada 26 de abril. Por momentos, no pudo impedir el asalto de las lágrimas.

Echar de menos sin conocer personalmente. Fue el sentimiento que flotaba en el auditorio. Ninguno de los premiados se olvidó de nombrar al joven marbellí. Primero Enrique Linde. Borja Vivas ya lo había hecho en el canutazo previo. También durante su discurso. Un atlante de más de dos metros con corazón de peluche. Luis Callejón también lo recordó. El turismo es para Málaga como el bíceps de Pablo. No hubo ayer anuncios de grandes proyectos para la provincia. Quizá, tampoco hubiera pegado mucho. Pablo y un mastodonte de cemento en un aliento suena a blasfemia.

Por delegación de los que quedan, quedamos, su padre quiso dejar claro que se tiene que seguir cumpliendo su sueño. El que ya no se puede cumplir a través de él. No a través de la disputa, sino a través de la fraternidad. La misma que se vivió en Torremolinos entre todas los representantes de las diferentes instituciones, que tanto acostumbran al ruido de sables. El deseo expresado por todos fue que su memoria siga presente, que de alguna forma se agradezca todo lo que a la provincia dio.

El Día de la Provincia de ayer fue, en la suma, especial. Lo confirmaron todos los que llevan años viviendo este acto de cerca. No faltaron todos los representantes de las fuerzas políticas que componen la Diputación. Alcaldes de toda la provincia y de la capital. Francisco de la Torre, José Bernal, José Ortiz, Víctor Navas o Manuel Barón por citar a una ínfima parte de los representantes.

La actualidad política se coló en forma de las primarias del PSOE, eso sí, cuando los expresidentes socialistas de la Diputación confirmaron que habían firmado, de golpe y forma unánime el aval para respaldar a Pedro Sánchez. No se sabe muy bien quién fue el instigador, aunque la sonrisa amenizada que portaba Enrique Linde podrían apuntar hacia él.

También fue galardonado con la medalla de honor el equipo de baloncesto de Unicaja. Héroes de Valencia. Que le pregunten a Eduardo García lo que supuso Pablo Ráez para el vestuario. Si Málaga es otra vez de Euroliga, él metió la primera canasta.