El terrizo privado del Pasaje Ferrería de Heredia, junto a las antiguas casas del Bulto, el Cottolengo y el Parque Huelin, sigue trayendo de cabeza a los vecinos. En este caso, por la presencia de indigentes, algunos de ellos menores de edad, que duermen en los coches abandonados, apedrean los automóviles aparcados en la zona y tienen peleas.

«El problema es que la grúa municipal trae los coches aquí y le están dando la habitación, el dormitorio a toda esta gente», resume Pedro Martín, un vecino, que señala que «el servicio está montado: desayuno, albergue y cena en el albergue municipal (en la vecina calle Donoso Cortés), y como a los tres días los echan, el dormitorio, aquí, en el llano».

Julio Retamero, también vecino, recalca que «si evitamos los dormitorios que son los coches, evitaremos en alguna medida el que estemos todo el día bregando con esta gente, impotentes por no poder hacer nada», por eso pide al Ayuntamiento que no utilice el terrizo de depósito de coches abandonados.

La situación, recalcan los vecinos, ha empeorado por las riñas y las pedreas de estos indigentes. Uno de los coches aparcados en el llano luce un imponente bollo, de una pedrada. Como explica una vecina, «Hace una semana, a la 1.30 de la madrugada sentí mucho jaleo y estaba cogiendo piedras y tirándoselas a los coches».

Algunas de estas piedras las lanzaban, por cierto, desde una montaña de escombros, junto a un cartel municipal de prohibido tirar escombros, en el muro del Cottolengo.

Los vecinos también denuncian ruidos y música alta por parte de este grupo en un jardín colindante.

Para Julio Retamero, la solución pasa porque se mantenga el aparcamiento y se asfalte, además de la prohibición de depositar coches abandonados: «Queremos que se pueda aparcar, que nos lo empolven y señalen, como han hecho en otros aparcamientos.

El lunes, en el momento de la visita, había dos coches abandonados, uno de ellos, junto al que posaron los vecinos, completamente destrozado y con un colchón y mantas en el interior.

Respuesta del Ayuntamiento

El gerente de la Sociedad Municipal de Aparcamientos, Raúl López, informó ayer de que todos los coches abandonados se retiran de la vía pública, previa petición de la Policía y se envían al depósito municipal en Los Asperones.

«Acabamos de comprobarlo y no hay ningún vehículo depositado por la grúa en ese descampado», recalcó. Raúl López aprovechó para informar a la Policía Local de los dos vehículos abandonados, para poder retirarlos y enviarlos a Los Asperones.

Por su parte el concejal de la Carretera de Cádiz, Raúl Jiménez, recordó haber propuesto «en varias ocasiones a los vecinos que la solución más fácil sería instar al propietario a que lo vallara y limpiara, pero los vecinos no quieren perder el aparcamiento». El concejal indicó que «de manera puntual lo hemos limpiado pero se trata de un solar privado, por eso tampoco podemos asfaltarlo. En el momento en que los vecinos me digan, instamos a que lo limpien y vallen».