Dos años han pasado desde que la Unión Europea asegurara que llegarían miles de refugiados al continente. La acogida sería de al menos unos 180.000 refugiados y debíamos estar preparados para darles refugio y un futuro, ya que el que habían tratado de forjar en su país, no era posible. Tenían que huir de una guerra y Europa sería el lugar donde se les daría una oportunidad. Sin embargo, ni se han cumplido los cupos de acogida, ni los requisitos que se impusieron para ello eran lo suficientemente flexibles para conseguirlo. La trágica imagen en la playa del pequeño Aylan hace dos años estremeció al mundo entero. Hizo que se pusieran en marcha acciones para paliar la situación pero pese a que una imagen vale más que mil palabras y a la voluntad política, no fue suficiente para que los países hicieran que estos compromisos se cumplieran.

En el caso de España, el compromiso era reubicar a 17.337 refugiados desde Grecia, Italia, Turquía y Líbano. Además, España estaba «obligada» a acoger a 9.323 refugiados, el resto se consideró un cupo voluntario por parte del país. Sin embargo, la fecha límite para acoger esta cifra de refugiados era el 26 de septiembre de este año, y la Unión Europea solo ha trasladado a España en este tiempo a 1.983 refugiados, entre reubicaciones y reasentamientos, lo que supone el cumplimiento del compromiso a tan solo un 11%. Así, quedan pendientes de acogida «obligatoria» 7.340 refugiados. En el caso de Málaga, se ha acogido hasta el momento a menos de 300 refugiados.

Ahora que la fecha límite de la acogida ha finalizado, desde CEAR y el resto de ONG encargadas del asilo de estos refugiados, quieren recordar al Gobierno español y a la Unión Europea que «la finalización del plazo no supone el fin del compromiso». Desde la Comisión Española de Ayuda a los Refugiados, CEAR, critican que después de todo este tiempo no se haya conseguido acoger al número de refugiados previsto. Francisco Cansino, coordinador de CEAR en Andalucía Oriental aseguró que «las cifras de acogida no se han cumplido», ya que «los requisitos de acogida fueron muy inflexibles, por lo que una de las cosas que pedimos desde CEAR es que se amplíen estos requisitos, así como las nacionalidades ya que es lamentable».

Por un lado, «el criterio de nacionalidad impedía el acceso de muchos inmigrantes», resalta Cansino, y es que, tan solo se admitían refugiados que llegasen de Siria, Eritrea y Yemen, «y se dejaron fuera países como Afganistán o Palestina». También destacó que otro de los requisitos que se exigían y que consideran «una práctica insolidaria e indigna para un continente que quiere ser el abanderado de los derechos humanos» es el criterio de selección que impedía entrar al continente «a los menores en riesgo de vulnerabilidad que no estuvieran acompañados».

La comisión ha criticado innumerables veces la falta de coordinación «entre los agentes, en particular en Italia donde la identificación y registro de las personas susceptibles de solicitar la reubicación se ha realizado con una enorme lentitud», así como la falta de «mecanismos de sanción para aquellos países que no han cumplido el compromiso».

En este mismo ámbito de reclamación, la asociación Oxfam Intermon ha denunciado al Gobierno español ante la Comisión Europea y pide que se le sancione por no cumplir con los compromisos acordados, según explicó la representante en Málaga, Remedios Sanalejo. Desde Oxfam indican que el «Gobierno español no ha dicho que no, pero ha actuado con desidia dejando que pasara el plazo e ignorando las movilizaciones sociales». Asimismo, Sanalejo destacó que «esperan que esta denuncia al menos sirva como muestra ante el resto de países de que hay algo que no se está haciendo bien».

Por su parte, desde la Plataforma de Solidaridad con los Inmigrantes, su presidente, Luis Pernía, pidió que «se promuevan más vías de acceso legales y seguras». También que se amplíen las plazas, «ya que 5.000 para España nos parecen insuficientes», y que «se revise el sistema de acogidas, ya que el actual tiene demasiadas cortapisas que impiden el asilo a miles de personas». Estas miles de personas que aún continúan a la espera de que Europa les conceda el asilo que les prometió, el futuro que merecen y las ayudas que realmente necesitan.