La Fundación Unicaja muestra un año más su apoyo a la labor que desarrolla en la provincia de Málaga el Obispado y para ello ambas entidades han renovado el convenio de colaboración que mantienen, comprometiéndose a reforzar la promoción de proyectos sociales, culturales y educativos. Esta colaboración se materializa en un convenio firmado ayer, durante un acto que contó con la asistencia del presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, y del Obispo de Málaga, Jesús Catalá.

El propósito de esta renovación es, por tanto, «seguir colaborando estrechamente para potenciar y completar los fines culturales, sociales y religiosos que impulsa la Diócesis malagueña, tal y como se refleja en el convenio», informó ayer la Fundación Unicaja en un comunicado.

En virtud de este acuerdo, la Fundación Unicaja contribuye a potenciar la labor que desarrolla en la provincia el Obispado de Málaga, que, de forma complementaria a su actividad pastoral, lleva a cabo una «importante» acción social y cultural.

Esta labor complementaria se materializa, entre otras cuestiones, en la restauración de templos, la atención con fines sociales y benéficos y las acciones culturales y docentes. Unas tareas para cuyo desarrollo el Obispado trata de ampliar su radio de acción en la medida de sus posibilidades.

El nuevo convenio responde al acuerdo marco existente entre ambas partes y viene a dar continuidad «al tradicional respaldo de la Fundación Unicaja a Málaga y a su provincia, tanto en la conservación de edificios históricos y de interés como en la promoción de actuaciones sociales, culturales y educativas».

En este sentido, la Fundación Unicaja tiene, entre sus fines básicos, el fomento y desarrollo de obras sociales, benéficas, asistenciales, docentes y culturales. De hecho, también mantiene convenios de colaboración con otras instituciones eclesiásticas con el objetivo de reforzar la labor que llevan a cabo en sus respectivas zonas de actuación.

Por su parte, la diócesis de Málaga desarrolla en la provincia malagueña una labor de defensa de la dignidad de las personas, de promoción de los valores humanos y de apuesta por el diálogo entre fe y cultura.