La llegada de los Reyes Magos nos despide un año más de la Navidad aunque técnicamente el tiempo litúrgico no acaba hasta la fiesta del Bautismo del Señor, que en esta ocasión se celebra este domingo, 7 de enero. El lunes vuelve la rutina (trabajo para aquellos que hayan tenido la suerte de disfrutar de vacaciones estos días, colegios de los niños y madrugones) aunque si hablamos de festividades populares la cosa realmente no para. Y es que los integrantes de las distintas murgas y comparsas del Carnaval deben estar ya realizando los últimos ensayos de cara al concurso de agrupaciones que comenzará en Málaga a mitad de enero. Los mantecados y el roscón de Reyes tendrán así este año un relevo bastante inmediato por parte de los potajes y los pucheros de berzas. La rápida concatenación de fiestas (religiosa una, profana otra) se debe a que este año la Semana Santa es muy tempranera: el Domingo de Ramos cae el 25 de marzo, con lo que la Cuaresma arrancará en apenas un mes y medio, en concreto el 14 de febrero.

Por cierto, y ya que estamos con temas religiosos, los que pasen estos días por la calle Granada tienen la oportunidad de contemplar la veleta que acaba de estrenar la torre de la iglesia de Santiago, que resalta todavía más su belleza tras la restauración integral del templo culminada el pasado año. El coqueto remate se une así al nutrido grupo de veletas que pueden verse por diferentes edificios y templos del Centro, elementos que normalmente pasan desapercibidos a menos de que el paseante vaya con la mirada puesta en el cielo. La que más destaca por supuesto es la veleta-pararrayos de la Catedral, que por su altura es la primera que se lleva las descargas eléctricas cuando una tormenta de estas características descarga sobre Málaga. También es muy llamativa la de la capilla de la calle Agua, que alberga las imágenes de Jesús del Rescate y María Santísima de Gracia, y está decorada con la figura de un nazareno. En la iglesia de Santo Domingo hay otra veleta muy bonita y peculiar, compuesta por un barco por la vinculación de la Marina con la Virgen de la Soledad, a la que se le atribuye una intercesión milagrosa en el salvamento de la tripulación de una fragata frente a las costas malagueñas hace más de 250 años.

Una historia curiosa es la de la veleta del edificio del Rectorado (que antiguamente era de Correos), y no tanto por la que hay actualmente (discreta en sus formas, muy minimalista y que pasa casi desapercibida) sino por aquella a la que vino a sustituir. La antigua estaba coronada con un verso de Gloria Fuertes que obviamente se refería al viento. Decía algo así como «Iré donde vayas tú». Según ya se ha comentado en alguna ocasión, parece ser que algún iluminado pensó en su día que la frase se podía tomar como una indirecta política de que la Universidad iba donde iba el Consistorio. La veleta de Gloria Fuertes, con esta acción bastante incomprensible, se fue, literal y lamentablemente, a tomar viento. Una pena.