El sindicato UGT de Málaga tiene previsto celebrar el próximo 9 de marzo el congreso extraordinario que debe elegir a su nuevo secretario general en la provincia, puesto vacante desde la marcha de Auxiliadora Jiménez, que presentó su dimisión el pasado mes de octubre. La central sindical ha estado durante estos meses a cargo de una gestora, ya que la dimisión de Jiménez fue acompañada por la de todos los miembros de su ejecutiva. Fuentes sindicales explicaron ayer a este periódico que en el sindicato se trabaja por una única candidatura de consenso, sin que todavía se pueda hablar de algún nombre en concreto que se postule para el cargo.

De momento, el calendario de cara al congreso extraordinario incluye la celebración previa, a lo largo del mes de febrero, de diversos comités y congresos de las tres federaciones en las que está organizado el sindicato (servicios públicos; servicios de movilidad y consumo; e industria y sector agrario) para elegir a los delegados que acudirán a esa cita. Se espera también que para febrero se conozca ya el nombre del candidato a la secretaría general en Málaga, sin que de entrada pueda tampoco descartarse por completo que pudieran ser varios los que optaran a presentarse. Al congreso extraordinario deben asistir, en principio, alrededor de un centenar de delegados de toda la provincia de Málaga para elegir al nuevo secretario general y a su ejecutiva.

«La gestora está llevando durante estos meses el día a día del sindicato. Nada más. Por estatutos, el tiempo máximo para la permanencia de una gestora es de tres meses, pero como han pillado por medio las navidades el plazo se ha alargado un poco», comentaron estas fuentes.

Cambios organizativos

La dimisión de la Comisión Ejecutiva Provincial de UGT Málaga fue anunciada por el propio órgano en Facebook el 11 de octubre. Auxiliadora Jiménez (que llevaba al frente del sindicato en Málaga desde 2013 y que había sido reelegida en junio de 2016, por lo que aún le restaban casi tres años de mandato) también se despidió de los afiliados de la misma forma, tras presentar su renuncia al actual secretario general de UGT, Pepe Álvarez, y a la secretaria andaluza del sindicato, Carmen Castilla.

Fuentes sindicales afirmaron en ese momento que los cambios organizativos que UGT aprobó a nivel general en 2016 y que a juicio de una parte de los miembros del sindicato suponen una «pérdida de capacidad de gestión» de las estructuras provinciales estuvieron detrás de la dimisión de la ejecutiva de Málaga con su secretaria general, Auxiliadora Jiménez, a la cabeza. Varias fuentes del propio sindicato recordaron entonces que esos cambios en la estructura, introducidos por el sindicato con el objetivo de mejorar el funcionamiento de la central, lo que han dejado en ciertos aspectos «poco margen de acción» a los secretarios provinciales.

Según estas fuentes, Jiménez «no compartía en su totalidad la implementación de los cambios organizativos que está aplicando el sindicato, a pesar de estar de acuerdo con muchos de ellos», por lo que decidió dejar el cargo. Su decisión se enmarcaba en su convencimiento de que la persona que dirija UGT en Málaga «debe estar convencida al 100%» de esos cambios», precisaron las fuentes.