El portavoz del equipo de gobierno, Carlos Conde, defendió ayer, durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno Local, el proyecto de peatonalización de la Alameda Principal, que definió como la gran transformación del bulevar central de la ciudad, y negó que, una vez concluidas las fases central, sur y norte las terrazas de los negocios hoteleros existentes o los que abran en los próximos meses vayan a tomar la acera en su totalidad.

«El sentido común nos lleva a que no pueda ser tomado ese magnífico bulevar literalmente por las terrazas no pueda ser tomado ese magnífico bulevar literalmente por las terrazas. Al contrario, esperamos que sea un espacio para el paseo, el disfrute y el beneficio de todos», dijo, para insistir que el equipo de gobierno es consciente de que un espacio tan atractivo como el de la Alameda Principal puede llevar a que los negocios tiendan a expandirse. «No le quepa duda de que se trata de ganar espacio, espacio para el peatón, no para que esté tomado por otro tipo de actividades», declaró. Eso sí, dijo que habrá que sentarse y ser muy cuidadoso «a la hora de dar las licencias y definir claramente los espacios para que no haya una saturación de ese entorno privilegiado». Negó que los empresarios vayan a tomar el espacio hasta el límite de la acera, porque, insistió en una zona para los peatones, aunque deben estar permitidas también las terrazas.

Además, destacó que las obras de la Alameda Principal, que va a ser semipeatonalizada destacó que las obras de la Alameda Principalreduciendo de once a cinco los carriles para el tráfico, suponen una de las mayores «transformaciones de la ciudad» y aseguró que se van a hacer con mucha celeridad.

Conde recordó que el Ayuntamiento acometerá la reforma de la franja central y de la acera sur, mientras que corresponde a la Junta de Andalucía hacer lo propio con la acera norte, por cierto, donde se desarrollan los trabajos del tramo del metro que llega hasta Torregorda y que se adjudicará a finales de mes después de llevar un tiempo paralizado.

«La Junta tiene abierta en canal una zona de obra que debería haberse cerrado hace años, los vecinos están sufriendo, es una situación de años de desidia, parece que ya empiezan a dar pasos para hacer el lateral norte. Es una obra compleja que debe hacerse compatible con la movilidad», dijo, lo que se logrará con el hecho de que Muelle Heredia y el Paseo de los Curas absorban el tráfico (que se reduce al 30% en la Alameda).

Esta obra es una de las mayores «transformaciones de la ciudad en los últimos años, es un cambio a mejor, se recupera el uso peatonal, el propietario de vehículo privado debe ser consciente de que cuando terminen los trabajos va a ver una gran transformación de la realidad. Los itinerarios se van a ver ligeramente modificados, vamos a ser sensibles con los negocios del entorno y con los residentes. Esta zona ya está tomada por las obras del metro». Acusó a la Junta de «tener condenada» a la ciudad sin acabar las obras del suburbano.

Las entradas y salidas al parking de la Marina no se verán afectadas.

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Así será la Alameda peatonalizada

¿Qué opinan los comerciantes de la Alameda de la peatonalización de la zona?

¿Qué opinan los comerciantes de la Alameda de la peatonalización de la zona?

Los comerciantes lo ven positivo pero temen las obras

Los comerciantes y vecinos están expectantes ante la peatonalización de la Alameda. Así, creen que los pasos a calle Larios a través de Puerta del Mar y Atarazanas quedan cerrados, pero su acometimiento «será un punto de inflexión muy grande para esta ciudad», como explica Juan Cantero, dueño de la papelería Carlín. Aún así, Ricardo Pravio, gerente de la Vinoteca Bouquet, asegura que «será positivo, pero que el problema radica en cuándo llegaremos hasta ese punto». Las consecuencias de la obra también está provocando una mayor suciedad en los locales, y Victoria Flores, encargada de la cafetería Axarquía, alega tener que estar «limpiando constantemente a causa de la tierra que generan las obras». Establecimientos tan antiguos y emblemáticos como La Casa de Guardia no se han visto tan afectados ya que disponen de varias entradas, pero Antonio Garijo, gerente principal, afirma que otros negocios que «solo tienen una puerta de acceso se están viendo muy perjudicados». Aunque mejorarán, ahora mismo esto «es un campo de minas que irá empeorando cada vez más», denuncia Juan Cantero, además de una gestión que «en otras grandes ciudades españolas se habría llevado de otra manera», se lamenta Ricardo Pravio. También los plazos de finalización son una incógnita para los negocios porque, a pesar de que las instituciones han asegurado que en septiembre empezarán a quitar las vallas, «siempre dan unas fechas y acaba tardando más», afirma Victoria Flores.