Agricultura

Nanoburbujas: unas aliadas para paliar la sequía en la agricultura malagueña

Esta tecnología, que ha sido desarrollada por la empresa Moleaer, contribuye a un crecimiento más vigoroso de la planta  y ayuda a aliviar las condiciones climáticas extremas que influyen negativamente en los cultivos 

Técnica de nanoburbujas en el cultivo.

Técnica de nanoburbujas en el cultivo. / L.O

Chaima Laghrissi

Chaima Laghrissi

Nueve de cada diez regiones costeras y de baja altitud de España, Italia y Grecia no podrán seguir produciendo buen vino en condiciones sostenibles a finales de siglo. El calentamiento global hará que ciertas zonas vitivinícolas desaparezcan, ya que el cultivo de la vid bajo estas condiciones sería inviable o muy costoso.

Aunque no hay que esperar al futuro para ser testigos de las consecuencias de la crisis climática. En Málaga, la sequía ya deja efectos devastadores en la actividad agrícola, como cambios en los cultivos y en los tiempos de cosecha, además de propiciar la pérdida de producciones.

En este sentido, Moleaer, una empresa andaluza nacida en Almería, ha desarrollado una tecnología de nanoburbujas, ofreciendo así mejoras en el tratamiento de aguas, y en la eficiencia del riego; sin productos químicos y colaborando activamente en la producción sostenible de alimentos y en la recuperación de recursos naturales.

Las nanoburbujas son diminutas burbujas de gas, de un tamaño de entre 70 y 120 nanómetros, 2.500 veces más pequeñas que un grano de sal. A pesar de su diminuto tamaño, las nanoburbujas tienen propiedades especiales como una mayor capacidad para transportar oxígeno u otros gases.

«Lo que hacemos es cambiar las propiedades del agua de una forma estable y duradera. A diferencia de lo que pasa con los químicos, es una tecnología respetuosa con el medio ambiente. Para ello, se disuelve aire u oxígeno puro en agua. Las burbujas de estas no flotan en el agua por eso es estable y duraderas en el tiempo», afirma Juan Cirera, responsable de Moleaer en España.

Las nanoburbujas pueden influir positivamente en las plantas de varias maneras. Una de las formas es mejorando la disponibilidad de oxígeno en el agua del suelo. Las raíces de las plantas necesitan oxígeno para respirar, y las nanoburbujas pueden proporcionar una fuente adicional de oxígeno disuelto en el agua, lo que puede mejorar la salud de las raíces y promover un crecimiento más vigoroso de las plantas.

Esto significa que las plantas pueden absorber más nutrientes de manera más efectiva, lo que puede resultar en un mejor crecimiento y desarrollo: «Debido a su tamaño extremadamente pequeño, las nanoburbujas pueden permanecer estables en el líquido durante períodos de tiempo prolongados», explica Cicera.

La técnica de nanoburbujas no solo tiene beneficios en las plantas, sino que deja un riego eficiente: «El agua se reparte de manera más eficiente y la planta absorbe mucho mejor. Por lo que con los mismo costes, se consigue producir hasta un 40% más», asegura.

Para Cicera, se trata de «una tecnología muy novedosa, que acabará convirtiéndose en el futuro de la agricultura»: «Es una herramienta que se puede usar en cualquier cultivo, de cualquier país», apunta el responsable de Moleaer.

Efectos y beneficios de las nanoburbujas en los cultivos

La tecnología de Moleaer consigue una transferencia del oxígeno superior al 85%, mejorando la calidad del agua, la estructura del suelo, la absorción de nutrientes y la coloración del fruto de forma natural. Los efectos que tienen las nanoburbujas en la salud de la planta son: un mayor desarrollo de raíces capilares y laterales; mayor absorción de nutrientes y menos estrés hídrico. Mientras que los efectos de las nanoburbujas en el agua son una menor tensión superficial, lo que ayuda a una mayor filtración. 

Por otro lado, las propiedades distintivas de las nanoburbujas, ayudan a reducir la compactación del suelo y aliviar las sales por debajo de la zona de la raíz. Esto promueve una mejor circulación de agua y aire en el suelo, lo que a su vez mejora la estructura del suelo y favorece un mejor crecimiento de las raíces. «Las nanoburbujas tienen muchísimas aplicaciones no sólo agronómicas sino también en las piscifactorías, minerías y restauración», afirma Juan Cicera, responsable de Moleaer en España.

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