Moayad Shatat, hombre de confianza del jeque Al-Thani y alto directivo del Grupo NAS, llegó en la tarde de ayer a Málaga envuelto en un halo de expectación para hacerse cargo desde hoy mismo de todos los asuntos pendientes del Málaga CF. De origen jornado, pero afincado durante muchos años en Catar, Shatat se vio sorprendido por el revuelo que se formó en el aeropuerto costasoleño tras el momento de aterrizar su vuelo.

Visiblemente cansado por el viaje y por el ramadán, el emisario, como estaba previsto, rehuyó hacer declaraciones ante los medios de comunicación allí presentes. Tras su largo viaje desde Catar?(con escalas en París y Madrid), Shatat descansó ayer en suelo malagueño para desde hoy comenzar a trabajar en las oficinas de La Rosaleda y abordar todos los asuntos pendientes que tiene el club desde la marcha de Fernando Hierro y la posterior rueda de prensa de Abdullah Ghubn, allá por principios del mes de junio.

No es poco el trabajo que tiene ante sí la nueva cara visible del propietario catarí. Muchos son los asuntos que el club debe afrontar cuanto antes para que se calmen las aguas que bajan revueltas durante todo el periodo estival.

De primeras, y aunque Shatat no es un «novato» en lo que al funcionamiento del Málaga CF se refiere (ha estado en el club en tres ocasiones), tendrá que coger las riendas de una entidad descabezada, y a la que hasta la fecha, no lo han dejado de llover denuncias y críticas por su gestión.

Pese a las palabras de Abdullah Ghubn el pasado junio en las que aseguraba que el Málaga iba a mejorar su estructura interna para que nunca más volviera a suceder episodios de impagos a jugadores y otros clubes, la entidad blanquiazul ha seguido en boca de todos debido a los mismos problemas. Con la llegada de este directivo, los propietarios esperan que una vez se haga frente a todas las deudas adquiridas, el club viva una recomposición total y evitar así nuevos episodios como los vividos durante la pasada temporada y, sobre todo, en los últimos meses.

Pese a gozar de toda la confianza del jeque Al-Thani y de Ghubn, Shatat no maneja el mismo perfil del vicepresidente jordano. Sus formas, según explican desde el club, son más comedidas y su línea de actuación será de puertas hacia dentro, por lo que no se espera ninguna comparecencia pública de este joven emisario.

La llegada de Moayad Shatat a Málaga ha sido como una bocanada de aire fresco para el malaguismo, que desde ya espera que la situación, un tanto angustiosa por la indefensión y la falta de información desde el club, de un giro de 180º y comiencen a verse resultados en su gestión.

Por el momento, varios son los asuntos que debe tratar Shatat en los próximos días. El directivo tiene encima de la mesa temas de auténtica urgencia para el club. Las denuncias del Villarreal por el IVA de Cazorla y de Osasuna por el último plazo de Monreal, las deudas con los jugadores, la planificación de la primera plantilla, con varias bajas por resolver y, sobre todo, desbloquear los fichajes que no llegan a menos de un mes de que dé inicio la competición.

Pero si hay un asunto que de verdad preocupa al malaguismo es la posible marcha de Cazorla. Shatat tendrá que tomar las riendas en este problema para, cuanto antes, darle una solución.

El emisario catarí, pese a que llega desde Catar con las pautas claras marcadas por el jeque, deberá asumir las responsabilidades que en su día tenían el malogrado José Carlos Pérez y el exmánager general Fernando Hierro. Por ello, la reunión con Santi Cazorla y su representante parece obligada. El jugador parece tener la idea clara de marcharse, pero sin una oferta acorde a las pretensiones malaguistas, la salida del asturiano es más que complicada.

Buena noticia para la plantilla

No obstante, la plantilla malaguista ha acogido con gran satisfacción la llegada del emisario a Málaga. Los hombres de Pellegrini esperan que con Shatat al mando de la nave blanquiazul, la situación de sus impagos se desbloquee y puedan pensar exclusivamente en jugar al fútbol.