Pellegrini: el «entrenador republicano». Nunca veremos al «Ingeniero» en una manifestación antimonarca ni protestando por la caza de elefantes del Rey ni enfadado por los casos de corrupción de su yerno Iñaki Urdangarín. Su manera de demostrar que es republicano es quitándole importancia a la Copa de su majestad

­ Es la única razón que le veo a la errática trayectoria de Manuel Pellegrini en el torneo del K.O, donde las prestaciones de los equipos dirigidos por el chileno bajan muchos enteros. El pasado martes en La Rosaleda estuvimos a pique de presenciar un nuevo suicidio copero del míster ante el Cacereño, con el que perdió y acabó pidiendo la hora para pasar a los octavos de final de la competición más romántica del fútbol español.

Pero debe ser que al gran Pellegrini no le entra por los ojos. Su trayectoria en Liga y Champions League son inmaculadas en los tres equipos que ha dirigido en nuestro país (batió el récord de puntos del Real Madrid, consiguió alcanzar las semifinales de la Champions con el Villarreal y clasificó al Málaga de forma magistral, primero para la Fase Previa y luego para los octavos de la máxima competición continental).

Pero en la Copa, amigo mío, es otro cantar: Pellegrini a lo máximo que ha llegado en la Copa es a la cuartos, con el Villarreal en su primera temporada y después acumula sonados traspiés como frente al Alcorcón y Almería. De momento esta temporada sigue vivo en Copa, pero el cuadro (con ¿Athletic?, Barça y Madrid en el horizonte) hacen difícil que el «Ingeniero» abrace por fin a la monarquía.

Getafe y Málaga: dos clubes contrapuestos. Mientras el Málaga y su propietario sienten el respaldo total de su público y prensa local, y sufre los ataques de los mandatarios del fútbol y parte de los medios nacionales; el Getafe tiene el beneplácito de la Federación y prensa nacional, pero su presidente no cuenta con el afecto de su escasa afición

­Ayer, los que seguimos el encuentro a través de la televisión, concretamente por Canal Plus, asistimos a un ejercicio de parcialidad grotesco en favor del Getafe, por parte de los comentaristas del partido, Sixto Miguel Serrano y Miguel Ángel Ruiz. Ya sabíamos de qué pie cojeaban la gran mayoría de profesionales de este medio, pero ayer fue escandaloso. ¿La razón? Muy sencilla, el Getafe es un club madrileño, con lo que todo ello supone. Y es que el Málaga pareció ayer un equipo extranjero. Los comentaristas vieron penaltis del Málaga donde no los había, obviaron dos fueras de juego inexistentes a favor de los blanquiazules, sólo alabaron la actuación de Pedro León y se alegraron de manera desmedida cuando Lopo batió a Caballero.

Pero es lo que tiene ser un equipo de Madrid. Su presidente, Ángel Torres, goza de un poder desproporcionado en la Federación Española y encima cae muy bien a la prensa de la «Meseta». En cambio, la afición azulona está harta de él, de sus precios desorbitados (40 euros la entrada más barata) y de su confeso madridismo.

La televisión pública maltrata al Málaga CF. El Málaga CF será, después del martes de esta próxima semana, el único equipo español al que TVE no ha retransmitido un partido en la Fase de Grupos de la Liga de Campeones. Parece que para el ente público España se acaba en Despeñaperros. Una pena para el líder y campeón de grupo como el Málaga

­Incomprensible, indignante y por supuesto, criticable. Me refiero a la actitud de TVE con el Málaga CF, al que ha maltratado con todas las letras durante la Fase de Grupos de la Liga de Campeones ignorando su magnífica puesta en escena, donde es el mejor equipo español.

No hay ninguna ley audiovisual que obligue a la televisión pública a retransmitir al menos un partido de cada equipo (en este caso Real Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga), pero sí deben tener la obligación moral de hacerlo.

Y es que nadie en España ha podido ver el recital malaguista en su debut ante el Zenit, el baño al Anderlecht a domicilio, el repaso a todo un Milan tanto en La Rosaleda como en San Siro o el desparpajo de los menos habituales en San Petersburgo, a no ser que estuvieran suscritos a la televisión de pago.

El maltrato al equipo blanquiazul, español hasta que alguien diga lo contrario, por parte de la televisión estatal llegó hasta el punto de anunciar el Milan-Málaga como partido en abierto, para luego cambiarlo con nocturnidad y alevosía para colocar el Borussia-Madrid.

Que yo sepa la televisión pública está al servicio de TODOS los españoles, para eso la pagamos (y muy cara) y no para contentar al puente aéreo Madrid-Barcelona.

La pregunta impertinente: ¿QUIÉN LE PAGA EL CONTRATO A LA UNESCO?