Cómo ha cambiado la película, cómo ha mutado este Málaga CF en las últimas semanas para convertirse o para casi clonar al conjunto blanquiazul que el año pasado encandiló a media España. Javi Gracia ha conseguido darle la vuelta a la tortilla, ha superado todos sus miedos, se ha reinventado y ha logrado recuperar a un equipo que parecía desahuciado y que estaba abocado al fracaso para devolverlo a la vida, para dotarlo de esperanza.

En las primeras 12 jornadas de Liga, el Málaga había cosechado sólo 9 puntos de 36 posibles. El equipo había tocado fondo en Cornellá-El Prat al ocupar la posición de colista. Y las sensaciones no podían ser peores. El técnico, incluso llegó a desvelar en sala de prensa una semana después, en el empate contra el Granada en Martiricos, que no encontraba soluciones cuando ya se especulaba sobre su posible destitución. «No tengo ganas de tonterías sobre mi puesto, no sé hacerlo mejor».

Lo cierto es que el navarro sí sabía hacerlo mejor y consiguió regatear la guillotina en el momento justo. Desde aquel empate ante el Granada, el Málaga comenzó a crecer. Empató en San Mamés -feudo sumamente complicado-, aunque desaprovechando la oportunidad de conseguir la victoria al jugar más de 60 minutos con un jugador más. Pero fue en Vallecas donde realmente empezó todo, donde el míster pulsó la tecla adecuada para cambiar la dinámica negativa por la positiva, los errores por los aciertos, la goles en contra por los goles a favor. En la segunda mitad en la matinal dominical en tierras madrileñas, Gracia apostó por cambiar el sistema, volver al 4-4-2 de pretemporada y, sobre todo, volcar a Amrabat en un costado. El resultado no pudo ser mejor ya que volteó el marcador y consiguió el primero de los cuatro triunfos consecutivos. A ello habría que unirle después la recuperación de Camacho, otra pieza clave en la recuperación.

Destellos del mejor Málaga

Posiblemente no habrá dudas en el malaguismo de que el inicio de la temporada pasada, con el navarro estrenando banquillo en Martiricos, fuese el mejor Málaga de los últimos años. Con una racha de ocho victorias en diez partidos y con la salvación casi sellada en la primera vuelta, ese equipo encandiló a media Liga y también a la afición, que vibró con momentos de gran fútbol.

Ahora, Gracia rescata esas virtudes en un conjunto diferente, que se coloca sobre el césped de manera distinta, pero que cuenta con mimbres parecidos. El navarro ya ha encontrado un once tipo, donde hasta siete jugadores forman la base del curso pasado. Pero es el ataque y la presión que ahora vuelven a ejercer sus hombres sobre el rival lo que más se asemeja al Málaga de hace un año. Esa presión en todas las líneas, el entramado defensivo y la clarividencia de ideas permite ser más Málaga, mejor equipo.

Para ello, los números de las últimas cinco jornadas son espectaculares con 13 puntos de 15 posibles, sólo al alcance de aspirantes al título. Junto al Villarreal, es el único equipo que ha ganado sus últimos cuatro partidos ligueros y ha marcado seis goles y sólo ha encajado uno.

De hecho, el Málaga sigue brillando en esta faceta, que es una de las virtudes que arrastra desde el curso pasado, para ser el segundo menos goleado de Primera. Ahora crea fútbol, roba más arriba (234 recuperaciones) y también genera más ocasiones. De hecho, acumula 62 remates en estos cinco partidos, de los que 20 han sido entre los dos palos. Sólo falta meterlas. De momento entran las necesarias para ganar.