El Málaga CF dejó un poso de decepción el pasado sábado en su encuentro con el Villarreal. Una buena puesta en escena inicial quedó dilapidada por unos horrendos minutos finales del primer tiempo y por cierto desconcierto en el segundo tramo. Unas sensaciones que dejaron por vez primera el casillero del Málaga CF a cero en lo que a goles a favor se refiere y también en el de puntos.

Si hay algo que había demostrado este Málaga este curso -incluidos los partidos de pretemporada, aunque a estos habría que tenerlos cada vez menos en cuenta- es que tenía gol. El equipo de Juande sabía ver puerta con cierta facilidad y no iba a suponer un problema celebrar tantos a favor. De hecho, durante el verano sólo se quedó sin marcar a la Sampdoria en el Trofeo Costa del Sol pero había acumulado un total de 27 tantos. Incluso en los dos primeros compromisos ligueros sumaba tres goles, aunque sin conseguir el triunfo.

Pero el sábado se quedó por vez primera a cero en esta campaña 2016/17, lo que supone también ciertos problemas para el conjunto blanquiazul. Un bloque creado con clara vocación atacante, pero que tiene dudas en su identidad -jugar con uno o con dos delanteros- y también a la hora de generar caudal ofensivo.

Sí es cierto que el Málaga lo intentó ante el Villarreal incluso más que los amarillos, pero lo hizo con más desorden y con menos puntería. Amasó 15 remates a la portería de Asenjo por los 12 de los visitantes, pero sólo 2 fueron entre los tres palos (6 del Villarreal).

No fueron los únicos dígitos del Málaga positivos y superiores a los del conjunto castellonense. Tuvo más posesión de balón (51% por los 49% del rival); sacó más córners (9 por los 7 amarillos); recuperó más balones (60 contra 57); aunque perdió más balones (193 por 175) y dio menos pases (403 por 411).

Todo ello pese a las vagas sensaciones que ofreció el conjunto de Juande Ramos, que por momentos se mostró largo en su puesta en escena y lento en sus transiciones. Posiblemente el Málaga no estuviera el sábado tan mal como lo pareció, pero de momento no le da para ganar. Hay trabajo y tiempo por delante.