A lo Breaking Bad, pero sin llamarse Walter White ni cocinar metanfetamina de gran pureza bajo el seudónimo de Heisenberg. Sus compañeros le llamaban El profesor o El químico por la buena mano que tenía a la hora de confeccionar la fórmula del producto. «El champú no era malo», aseguran fuentes cercanas a la investigación antes de subrayar que la actividad era completamente ilegal y que se realizaba en una nave cuya higiene y salubridad están muy alejadas de los cánones exigidos para este tipo de locales a nivel internacional. El químico, de 57 años y natural de Murcia, era el punto de partida de un entramado internacional que se dedicaba a la producción y distribución a gran escala de champú por Europa, Asia y África con la etiqueta de una conocida marca anticaspa que vendían por apenas dos euros el bote. Los investigadores estiman que la venta de todo el producto intervenido podría haber causado un perjuicio económico a la marca original de unos 200.000 euros.

Según informó ayer la Dirección General de la Policía, los siete detenidos están acusados de envasar y etiquetar el champú, cuyo nivel de producción era tan alto que tuvieron que hacerse con un almacén únicamente para guardar todo el excedente de producto que eran capaces de fabricar. Alrededor de 200.000 botes al mes gracias a la enorme infraestructura de la que eran propietarios y con la que no sólo preparaban el producto, sino que también lo envasaban, etiquetaban y comercializaban. La investigación ha concluido que daban salida a las copias principalmente por medio de un mayorista quien, a través de intermediarios, lo hacía llegar a pequeños comerciantes. Además trataban de exportarlo a otros países de Europa, Asia y África.

Las pesquisas comenzaron a principios de abril de este año, cuando los investigadores recibieron la información de varios individuos pertenecientes a un grupo criminal que operaba de la Costa del Sol.

Tras localizar a sus miembros en Marbella, comprobaron que disponían de una gran infraestructura con una cadena de producción montada de manera clandestina en una nave localizada en El Berrueco, Medina Sidonia (Cádiz) que era de su propiedad y que usaban para la producción de champú vulnerando los derechos de propiedad industrial, ya que su aspecto externo era prácticamente idéntico al de una marca de reconocido prestigio. Los agentes detectaron varios transportes por carretera de diferentes empresas de logística e incautaron un envío de mercancía a Alemania. Finalmente, en los 11 registros realizados en Málaga, Cádiz y Alicante se han intervenido 120.000 botes de champú falsificado preparado para su comercialización, maquinaria industrial destinada a la elaboración del producto, miles de etiquetas de la marca, productos químicos necesarios para la elaboración del producto y cinco vehículos de alta gama.